Por: Marco A. Cortez N.
Este jueves, según cifras proporcionadas por el Gobierno de México, ya se recibieron, de diversas farmacéuticas, 10 millones 758 mil 845 dosis de vacunas para inmunizar a la población contra el COVID-19.
El mismo gobierno señaló que de esta cifra ya se utilizaron 6 millones 243 mil 886 en personal sanitario y en adultos mayores. Es decir hay 4 millones 214 mil 959 vacunas en los sitios donde requieren estar.
Seguramente de esta cantidad hoy viernes se aplicaron más -datos que serán dados a conocer por las autoridades federales que son los responsables únicos y directos del Plan Nacional de Vacunación contra el COVID-19- y adelantamos, según el titular de Relaciones Exteriores que este fin de semana llegan de Estados Unidos un millón 200 mil dosis más, parte de los 2 millones 700 mil que prometió Joe Biden al gobierno de López Obrador.
A lo que quiero y pretendo llegar es a la velocidad con la que el Gobierno de México está aplicando las vacunas que recibe del extranjero, sean chinas, rusas, indias o estadounidenses. El problema es que la estrategia no va al ritmo o a la velocidad con las que continúan los contagios y las muertes por el virus. Esta semana en una de sus mañaneras López Obrador reconoció y afirmó que el proceso de vacunación se acelerará para que al llegar finales de abril las personas de la tercera edad -todas-, tengan al menos una dosis en sus organismos.
Para esto, falta aún un mes, días más o días menos, y las vacaciones de semana santa prácticamente ya iniciaron. ¿Quién o quiénes frenarán a los miles y/o millones de jóvenes que dejan sus tabletas o laptops para disfrutar del periodo vacacional? Hay un decálogo de medidas del propio gobierno pero seamos sinceros ¿serán respetadas?.
Acabo de leer que el gobernador de Quintana Roo alertó de un incremento del 200 por ciento de casos en Isla Mujeres y en Felipe Carrillo Puerto ¡y esto apenas empieza!. Si el presidente y su equipo de virólogos, infectólogos y demás, sabían que llegaría este momento y debían de acelerar ¿por qué no lo hicieron desde el inicio?. En Yucatán el Gobierno ya ordenó el cierre de playas, hizo lo legalmente correcto, pero no puede evitar el flujo de personas y sus reuniones en sus casas de playa.
Dijo López Gatell, en otras palabras, que los medios disfrutan dando cifras diarias del número de contagios y decesos. ¿qué quiere? que se calle, que haya hermetismo, que no se sepa nada; si él todos los días da las cifras en cadena nacional, o lo hacia hasta antes de los 60 mil muertos que según sus propias palabras sería una “tragedia”. No señor, los medios para eso están, para informar, para decir lo que pasa, cómo pasa y por qué pasa.
Los mexicanos, tal y como una película de terror, vivimos una pesadilla, no podemos dejar de pensar ni en los contagios ni en las muertes. Vivimos con el temor y esperando el momento cuando, por cualquier descuido, el virus ataque, enferme y tal vez mate. También vivimos con la esperanza de recibir la vacuna, esa que inmuniza al menos en una sola dosis pero que consuela y da esperanza para seguir viviendo con proyectos e ilusiones.
A los jóvenes que lean esto, les pido que hagan consciencia, por sí mismos y por los demás, especialmente por quienes los rodean sabiendo o no que sus organismos son mucho más vulnerables y en síntesis sólo esperan el momento de engrosar las estadísticas de contagios y decesos.
En fin, esta es mi opinión, humilde, como simple ciudadano y ser humano y, ojalá y el presidente deje de lado unas semanas sus giras y sus conferencias y dedique al cien por ciento su tiempo al Plan Nacional de Vacunación. Ya habrá tiempo para seguir ejerciendo la política y consolidar su transformación porque de no ser así, ya no existirán las personas que depositaron su Fé y su voto en usted para tener las riendas de un país que día con día observa como la tragedia se traga a sus hijos.
