Claroscuro, por: Francisco López Vargas
Este seis de junio se vota no sólo por quien nos gobernará en el futuro sino por el futuro mismo. En México, la sociedad civil, esa que integramos quienes no hemos querido ser regidores, diputados ni alcaldes ni gobernadores, se enfrenta a una elección en la que se define si le damos el poder a quien hoy lo detenta con excesos y con ello le cedemos la oportunidad de desaparecer el país que tanto nos ha costado construir o votamos como ciudadanos que no tienen militancia y pensamos con la lógica del poder que nos da nuestro voto.
Hoy, la presidencia la ocupa un personaje al que no le gusta la democracia, no la entiende y llegó a Palacio ofreciendo un simulacro de gobierno que, como se veía venir, no sólo no respeta la Constitución sino que no acata las reglas democráticas que a los mexicanos nos han permitido tener tres alternancias de partidos en el poder.
No bastó para esos 30 millones ver a un tipo que perdió y no pudo acreditar el fraude electoral que dice le hicieron, que mandó al diablo a las instituciones, que delante de todos instruyó a Juanito a hacer un fraude en Iztapalapa, para saber que lo único que le importaba era el poder presidencial.
Andrés Manuel López Obrador es un personaje que no entiende al México de hoy y menos al mundo que lo rodea. Finge aceptar las reglas del juego, pero cuando percibe que no se pliegan a sus decisiones o deseos las violenta y para ello cuenta con la complicidad de sus diputados federales o senadores.
El país vive hoy, además, los excesos de los candidatos de Morena que pareciera les dan un curso sobre depredación sexual para participar en la contienda y los ejemplos los visten de cuerpo entero: los aspirantes a gobernadores por Guerrero y Zacatecas, Félix Salgado Macedonio, acusado de cinco violaciones, y David Monreal Ávila, visto el claro tocamiento a una mujer, y el diputado federal por Puebla que trata de reelegirse y que presidía la comisión de justicia de la cámara baja Saúl Huerta Corona, que intentó violar a un menor de 15 años y fue detenido por la fiscalía capitalina.
Lo peor, lo más grave, es que en el caso Monreal la afectada, Rocío Moreno, candidata a la alcaldía de Juchipila, dice que ella no permitirá que se le use para dañar al movimiento, pero parece estar de acuerdo en que se le use como objeto sexual. Todo sea por el hueso…
En el caso de Huerta llega al extremo de pedirle a la madre del menor un acuerdo económico para que “no me destruya mi carrera” a lo que la afectada le espeta: “ud. quiso destruir la vida de mi hijo”.
En total, 76 candidatos no han cumplido con su 3de3vsViolencia, según la Observatoría Ciudadana Todas Mx, y lo mismo se les acusa por la pensión alimenticia, agresión sexual, acoso o violencia familiar. Contra candidatos de Morena hay 24 denuncias, del PAN siete, MC cuatro, Fuerza Por México y PES tres cada uno, PRD y PVEM ambos con dos. Veracruz, estado gobernador por Morena, encabeza la lista, Puebla tiene cinco y Cdmx cuatro aunque en Chiapas están por revisarse 26 acusaciones, una entidad también gobernada por Morena.
Son los deleites del poder, dirían los más permisivos, pero esa actitud no es más que una consecuencia de una actitud que el presidente -se cree el gran censor- envía a los legisladores propuestas a las que no le pueden mover una coma y que, levantadedos, los diputados y senadores acatan a pesar de las violaciones a la Constitución como son los casos de la ley eléctrica, de hidrocarburos, de datos biométricos, de ampliaciones de mandato y varias más que han ameritado controversias constitucionales.
En el país donde el presidente jura sobre la Constitución y se compromete a respetarla, hoy López Obrador la violación la hace ostensiblemente y con descaro mientras otros lo hicieron con timidez y hasta temor, como si a él lo protegiera el manto de 30 millones de electores que, esta vez, no creo repitan el error de haberlo llevado al Ejecutivo. No, por favor.
Mientras tanto, la campaña ha acreditado que en México hay dos fracciones de mujeres que están muy bien delineadas: las sumisas que prefieren el silencio y hasta justifican las agresiones y las que defienden a capa y espada su libertad, su derecho a decidir y su valor como seres individuales que comparten sus vidas con sus parejas pero nunca se dejan suplantar por ellas: son las mujeres decididas, las que se valen por si mismas y que defienden por todas las vías sus derechos, esos que tanto trabajo les ha costado ganar.
