Por: Marco A. Cortez N.
No puedo decir que los conozco muy bien y que son
mis amigos, no, no es así, pero sí los conozco lo suficiente como para poder
opinar de ellos.
Si, usted tiene razón, hablo de Renán Barrera Concha
y de Jorge Carlos Ramírez Marín, candidatos a la Alcaldía de Mérida por el PAN
y el PRI, respectivamente.
Y dicho sea de paso, conozco también a varios de los
demás aspirantes a ocupar la silla presidencial del Ayuntamiento de Mérida,
pero, con todo respeto, creo que en esta ocasión el proceso de elección no los
favorece.
Tal vez para el siguiente, donde estará de por medio
la silla del ejecutivo estatal y el panorama sea otro, pero para este, lo dudo,
aunque estamos en México y sabemos que en México todo es posible… Pero,
juguemos a la lógica.
Los aspirantes del PAN y del PRI son gente
preparada, experimentada, no hay duda: Jorge Carlos, incluso, con roce en los
ámbitos de la política nacional, llegando a lucirse incluso, en el balcón
presidencial acompañando a las autoridades federales en turno en eventos como
los desfiles del 16 de septiembre. Su carrera legislativa, gracias a sus dotes
como orador, lo ubican en un lugar preferente en el ámbito, sin duda.
A su vez Renán, quien también ha ocupado la
legislatura local y se ha desempeñado en dos ocasiones al frente de la comuna
de Mérida, conoce, con lujo de detalle, los avances, cierto, y también las
necesidades y las carencias de esta gran capital maya.
Sinceramente, Renán, pienso, no lo ha hecho mal y
además de su experiencia, preparación y carisma, tiene claro qué es lo que la
ciudad de Mérida requiere para continuar evolucionando, aún después de
enfrentar y agarrar -junto con el gobernador- al toro por los cuernos ante el
embate de la pandemia cuyos efectos positivos se van dejando sentir,
gradualmente, muy despacio, tal vez lento; sin dejar atrás y menos olvidar su
estela de dolor.
El tema central de este asunto es que tanto Renán
como Jorge tienen capacidad para gobernar Mérida, sí, eso pienso. No obstante,
Jorge tiene una carga que representa a una de las organizaciones políticas que
más tiempo gobernó a México y gracias a sus resultados han llevado al país y a
sus habitantes a elegir a un gobernante nacional que, hasta el momento, parece
ser una mala copia del anterior y además plagado de viejos moldes y maneras de
utilizar y aplicar la política, exacto, como se hizo en las décadas de los
setentas y ochentas del siglo pasado.
A favor de Jorge Carlos, diría, que su formación
política no es igual a la de quienes gobernaron y, siento, desean continuar
gobernando Mérida y el Estado de Yucatán aún bajo la sombra de un político que
dejó honda huella y que la gran mayoría de los yucatecos de las generaciones de
finales del siglo pasado, en adelante, conocimos bien, muy bien, e incluso
fuimos testigo del cómo y por qué gobernaba con su muy peculiar y
característico estilo.
No. El actual candidato del PRI a la comuna,
pertenece a otra camada, a otra generación de priistas, que nacieron e
identificaron bien con una corriente, digamos más conciliadora y afín con
principios del mismo panismo, adversario del viejo PRI que gobernó la entidad
muchos años hasta antes de que Patricio Patrón y Mauricio Vila le pongan un
alto.
Qué quiero decir, bueno, que tanto Renán como Jorge,
creo yo, no tendrían ningún problema de alternar gobierno con el actual titular
del poder ejecutivo estatal que, dicho sea de paso, además, define muy bien su
forma y modo de gobernar al grado de poder seguir administrando sus planes,
proyectos y programas durante lo que resta de su gestión, esté quien esté en el
palacio de enfrente, más bien diría con la mira puesta en otros ámbitos, en
otros objetivos, que bien alcanzaría gracias su experiencia, capacidad y
habilidades adquiridas en el lapso de su desempeñado como alcalde y ahora
gobernador. Es decir, quiere, tiene y va por más.
Ahora ¿Quién va adelante, en las encuestas?
Bueno cada uno dice que él, pero usted ¿qué opina?
Digo yo que Renán está adelante, pero aún falta un tramo, digamos interesante.
Jorge está apretando el paso, sabe que tiene que hacerlo, e incrementando y
endureciendo sus críticas al opositor y a la administración municipal porque
así tiene que hacerlo si en realidad quiere ser alcalde; sabe que tiene que
recurrir a todos los recursos habidos y por haber sean le sean útiles y
necesarios.
Para terminar, solo pido a los meridanos voten,
voten por quienes ustedes quieran, pero voten, no dejen que otras personas
decidan por ustedes. Salgan y ejerzan su derecho y obligación del voto, elijan
a su alcalde, a sus diputados federales y estatales, pero háganlo, no esperen.
Estamos ante un momento histórico donde tenemos que participar si en realidad
queremos una ciudad, un estado y un país más próspero y justo para todos.
Ya cometimos
errores, no los volvamos a repetir.
