Por Jose Miguel Rosado Pat
Correo: ponchojmr91@hotmail.com
@JosMiguelRosado
El nombramiento del empresario y político Liborio
Vidal Aguilar como titular de la Secretaría de Educación del gobierno del
estado, ha causado escándalo entre algunos sectores que se dicen “agraviados”
por la decisión del gobernador Vila Dosal.
En tanto, personas ajenas al ámbito educativo acusan
la designación de ser una decisión netamente política, en conocido rotativo
local se publica una nota a cuatro columnas titulada: “SNTE respalda a nuevo
secretario de Educación”, en ella el delegado de la sección 57, Jesús Jaime
Rochín Carrillo, declaró a ese medio que, el nuevo titular de la Secretaría,
“cuenta con toda la experiencia política y capacidad para darle buen curso al
sector en esta entidad, y para superar los retos del regreso a las clases
presenciales ante la contingencia sanitaria”.
Detengámonos un momento: Las principales críticas al
vallisoletano han sido, la primera, que no cuenta con un título universitario;
la segunda, que carece de las habilidades y conocimientos en el área educativa
lo que, por consiguiente, le vaticinaría un prominente fracaso en su gestión al
frente de dicha Secretaría.
Respecto del primer señalamiento cabe decir que, si
bien el personaje no cuenta con título universitario, eso no significa que sea
un hombre falto de visión o de método para desempeñar sus funciones, pues más
allá de los cargos políticos, se ha desempeñado como Secretario de Desarrollo
Social (Política Comunitaria y Social en aquel momento) y cuenta con el
reconocimiento de la comunidad empresarial, ámbito en el que ha demostrado
resultados y ha hecho uso de sus vinculaciones con China y otros países para
potencializarlos. No cualquiera es capaz de crear empresas, generar empleos y
procurar prosperidad para otros, además de fomentar la propia. Todo hombre o
mujer de negocios o con verdadero oficio para los asuntos públicos, debe tener
una cualidad antes que cualquier otra y esa es liderazgo. Persona pública (o
que intente serlo) que carece de liderazgo, está condenada, tarde o temprano,
al fracaso total.
Ser líder tiene muchas implicaciones, la primera,
reconocer las cualidades, aptitudes y actitudes de cada colaborador; esto es
fundamental para todo líder puesto que, sólo aquel que sepa valorar y reconocer
las cualidades y virtudes de los demás, será capaz de conformar un equipo leal,
consistente y agradecido con el líder y, sobre todo, comprometido con el
proyecto al cual se invita a participar.
Desde esta perspectiva, el líder no necesita ser el
experto en cada área que tendrá bajo su responsabilidad, pero sí deberá
procurar rodearse de lo mejor en cada una para lograr los mejores resultados.
Esta es la clave de los personajes más exitosos, tanto en lo público como en lo
privado.
A título personal, creo que en eso consistirá el
éxito de la labor de Liborio Vidal al frente de la SEGEY; y, si a eso le
agregamos su capacidad de gestión y amistad con el Presidente de la república,
se auguraría que, por lo menos los principales problemas que aquejan al gremio
magisterial y a la educación en la entidad, se resolverán de forma óptima.
Pero, vamos, iré más allá de lo que pudiera ser la
opinión de un columnista; me he puesto en contacto con algunos profesores,
todos ellos amigos personales desde hace más de una década, que ocupan actualmente
responsabilidades en dos de las tres organizaciones sindicales que agrupan a
las y los profesores de Yucatán y, aunque acordamos en reunirnos para seguir
platicando del tema más a detalle, pude recoger de sus comentarios que se tiene
gran expectativa de la futura gestión del recién nombrado encargado de la
educación básica en la entidad.
Me parece interesante que dos de esos líderes
magisteriales, aunque pertenecen a organizaciones sindicales diferentes,
coincidieran en que, la llegada de Vidal Aguilar, significaría también un
cambio al interior de la SEGEY y, eso sí, que esperan ver removidos de sus
cargos a “ciertos personajes” que han tratado con “particular” prepotencia y
desdén al gremio magisterial; me compartieron, ven en Liborio, “un hombre
proveniente de la cultura del esfuerzo” con el que se puede construir una
relación de empatía que no han podido establecer con otro secretario de
educación en los últimos quince años.
Por lo pronto, está pendiente una charla más extensa
con estos líderes para conocer más acerca de sus inquietudes y percepciones
acerca de lo que esperan del nuevo titular y del nuevo equipo que, dicen,
esperan se integre con su llegada.
Continuará.