La Revista

Te nos fuiste antes de tiempo querido prócer

Miguel Barrio
Miguel Barrio
Sígueme en redes sociales:
Tuve la fortuna de conocer a Carlos Castillo Peraza en casa de Don Luis H. Alvarez a mis tiernos 15 años. En esa ocasión se encontraban trabajando en la plataforma de la gubernatura de Chihuahua de 1986. Posteriormente, casi 10 años después, tuve el honor de invitarlo como representante estudiantil a dar una plática en la Universidad de Texas en El Paso. La charla estuvo totalmente abarrotada, fue un éxito y sin embargo, una pregunta que hice (como que nadie se animaba a preguntar), le molestó mucho a Carlos. Pensé que jamás volvería a verlo.
¡Cuál fue mi suerte que me lo encontré un día en la Universidad de Georgetown, en donde estuvo haciendo investigación y dando clases como maestro invitado previo a la campaña del gobierno de la Ciudad de México! En esa ocasión, Carlos me presentó con Jorge Guajardo “El otro panista en Washington, DC”. En aquel momento, yo estudiaba una maestría en políticas públicas.  “Mejor lee las memorias de Adriano, vas a aprender mas”.  
Ahi tuve la oportunidad de ir conociendo a Carlos, al hombre, al lector voraz, al amigo, al líder, al prócer. En su oficina tenía una intimidante frase en su escritorio:  “El silencio es el mejor sustituto del cerebro”, lo cual te obligaba a pensar dos veces lo que ibas a decir.
Cuando Carlos renuncia a el PAN en 1998, tomó un avión a Nueva York y tuve la fortuna que se hospedara conmigo varios días. En aquel tiempo yo trabajaba en Nueva York y me tomé un par de días de vacaciones y conocí Nueva York desde la enciclopédica perspectiva de mi intelectual amigo. Fuimos desde los “Cloisters” en la punta norte, hasta Wall St., pasando por todos los museos e iglesias imaginables. Desde luego fuimos a juegos de Beisbol, y Carlos les hacia saber a los taxistas “Que estaba armado y que no le gustaba que le roben”.,   Fuimos a ver “Los Miserables” (varias veces) y algunas óperas y siempre se conmovía hasta las lagrimas. Así era Carlos, vivía al 100.  
Su sentido del humor era extraordinario. En una campaña un candidato a diputado local lo quería acompañar en “un traslado” y Carlos, que no quería que este tipo se subiera al auto, le dijo a su asistente que le dijera que no “por cuestiones de seguridad”… el asistente se quedo muy serio y le pregunto que ?cuáles eran las cuestiones de seguridad?  !Es que lo pendejo se pega!
Finalmente algo que me impacto mucho, después de su muerte, fue la cantidad de señoras que se acercaron en el funeral, a dar testimonio de que Carlos las había convencido de que no abortaran, y llevaban a los “chamacos” como prueba de lo que decían. Esos chicos le debían su vida, de alguna manera a Carlos.
Te nos fuiste antes de tiempo querido prócer. Ademas de ideólogo de la transición deberías haber sido participe. El escritorio de Vasconcelos, que a muchos les ha quedado tan grande o la cancillería o tantos lugares de donde podrías haber aportado tanto. Sin embargo, tu legado ahí esta. En tu generosidad formaste lideres que ahora deberán estar a la altura de lo que reclama nuestro país.  
Con toda mi gratitud, una lagrima y varias carcajadas de cosas que me acuerdo y que no voy a contar…

Miguel Barrio
Miguel Barrio
Sígueme en redes sociales:

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último