Por: Jorge Valladares Sánchez.*
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María es la hija
única de una familia que atraviesa por dificultades económicas. El padre tiene
que cumplir dos trabajos para cubrir los gastos familiares; no pudo terminar
sus estudios, pues él y su ahora esposa tuvieron un embarazo no deseado. Por
este motivo tiene múltiples frustraciones y aprovecha cualquier oportunidad
para echárselo en cara; revela que él quería que abortaran a María.
¿Podrías distinguir si esto es una
historia de novela, noticias lejanas o un caso conocido, al que simplemente le
cambiamos el nombre de la chica? ¿Puedes bosquejar la trama que viene a
continuación? ¿Imaginar acaso un final feliz? Sin duda, la configuración de una
familia con estos elementos es algo que reconoces con facilidad y que forma
parte de las realidades de nuestro Yucatán y nuestro México, como seguramente
de muchos otros países.
Gallito es un joven deportista que está en camino hacia
el xito y la fama en el box profesional. Una pelea muy importante que puede
catapultarlo a sus sueños se acerca.
¿Qué tal
esta otra historia? ¿Es más sencillo aquí proyectar un final venturoso? Quizá
con una pelea espectacular en la que luego de vencer mil obstáculos ve llegar
el resultado por el que tanto se ha esforzado, y la familia y tal vez una chica
enamorada compartiendo con él ese gran momento… Pero veamos:
El desgaste físico y la presión del padre, que anhela ver
cumplidos sus propios sueños, han llevado a Gallito a consumir drogas que
siente necesarias para soportar el ritmo. Gallito se siente atrapado y en una
encrucijada que sólo puede terminar con el fin de su carrera o con la muerte de
su padre.
Este
contexto parece dar un giro al potencial positivo de esta segunda historia ¿no?
Sin duda también puede representar un caso conocido e incluso repetido en situaciones
cercanas o por lo menos en algunas películas clásicas del cine propio y ajeno.
Un poco por la familiaridad de las situaciones de María y de Gallito y un mucho
por la intensidad que logre la puesta en escena, podrían ser casos de los que
nos interese saber más, aventurar reacciones, prever finales e incluso tener un
punto de vista.
¿Aumenta
tu interés si mezclamos ambas historias en una sola? ¿Si al mejor estilo de
González Iñárritu, hay un punto en el que ambas historias se cruzan y con ello
los finales se influencian mutuamente? Puede ser. ¿Cómo convertir esa
curiosidad o interés en una verdadera involucración con cada una de estas
personas? Él, ella, los papás de cada cual… Conocer de cerca esas vidas, ser
amigo de alguno, incluso vecino, pudiera dar este resultado.
Pero si ocurre
el caso que cualquiera de ellos sea tu familiar, probablemente aseguraríamos la
involucración y añadiríamos intensidad de emociones como dolor, tristeza,
presión, frustración, depresión, angustia, desesperación, tragedia.
Y si
alguno de nuestros personajes tomara como solución a la situación que vive el
camino de intentar suicidarse y fueras tú alguien que le ama, sin duda miles de
dudas y auto acusaciones acabarían de llenar la experiencia. Desde fuera, una
reacción común es el juzgar a quien atenta contra su vida o la familia que “no
lo impidió”, pero desde dentro, desde casa, desde el afecto, desde la culpa,
viene un descontrol y agobio que sólo puede entender quien ha estado allí, la
mayor de las confusiones e impotencia.
La
Organización Mundial de la Salud informa que cada año en el mundo se suicidan
alrededor de 700,000 personas, siendo la cuarta causa de muerte entre jóvenes
de 15 a 29 años. Por cada suicidio consumado hay muchas tentativas, y de hecho
se establece que un intento es el factor individual de riesgo mayor, para en
una ocasión posterior lograrlo. Alrededor del 20% de los suicidios se cometen
por autointoxicación con plaguicidas y otros métodos comunes son el
ahorcamiento y los disparos con armas de fuego.
La
Organización Panamericana de la Salud plantea al suicidio como un problema de
salud pública importante, pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos
y tabúes. Además de la persona involucrada, cada suicidio significa una
tragedia de graves efectos para la familia y para la comunidad. En América
alrededor del 79% de los suicidios son llevados a cabo por hombres, es la
tercera causa de muerte en personas de 20 a 24 años y las tasas de suicidio más
altas están entre personas de 45 a 59 años. El 91% de todos los suicidios de la
Región son realizados en orden de importancia por vía de asfixia, armas de
fuego, intoxicación con drogas y alcohol y envenenamiento con plaguicidas.
El tema
central en la prevención de las conductas suicidas es la identificación de los
llamados factores de riesgo y factores de protección. Entre los primeros
funcionan de manera acumulativa una serie de elementos sistémicos y sociales
para aumentar la vulnerabilidad, que interactúan con variables familiares y
condiciones psicológicas. Entre los factores protectores más relevantes están
las relaciones personales sólidas, las creencias espirituales y las estrategias
de afrontamiento y prácticas de bienestar positivas.
En
nuestro Yucatán existe una larga historia de análisis vinculadas a la alta
frecuencia con la que consuman suicidios, en especial por jóvenes de nuestra tierra.
Uno de los especialistas más destacados e involucrados, Gaspar Baquedano López,
en entrevista plantea que las autoridades no han atendido de manera sistemática
el problema, que además requiere focalizar acciones en las cuadras y colonias
donde se está suicidando más gente. Destaca además que al mes de agosto ya
habían ocurrido 214 suicidios, cifra alta comparada con el año anterior en que
ocurrieron 243. Afirma que es necesario dejar de ver al suicidio sólo en su
arista de salud mental, pues muchos factores comunitarios interactúan y
representan, en su versión positiva, el mejor potencial de apoyo para las
personas que viven esta problemática.
Dicho en
una frase, tenemos que decidir si lo vemos como película, como noticia, como
chisme, como cosa ajena, como tema de salud mental, como problema social, o
como una situación humana y cercana con la que tenemos que involucrarnos.
Pinzón
Music, Compañía de Teatro, ha optado por la última opción y activado un elenco
100% yucateco, para una puesta en escena con actuaciones de muy alta calidad y
con música en vivo. Rodrigo Pinzón ha dirigido esta experiencia de vida en
distintos estados de la República y por quinta vez en nuestra Mérida los días
6, 13, 20 y 27 de noviembre de este año, bajo el título de LA ÚLTIMA CARTA.
Las historias de María y Gallito se entrelazan:
A través de una carta llegó una luz de esperanza que
puede cambiar el rumbo de sus vidas.
Artistas
convertidos en los personajes de estas vidas con las que haríamos bien en
involucrarnos, o por lo menos entender, apuestan a tocar TOCAR TU CORAZÓN, como
ha sucedido ya con 45,000 personas que la han presenciado. Son Abraham
Soloveichik, Andrea Cañedo, Jorge Valladares, Melissa González, Javier Alcalá,
Munir Eljure, Roberto Pacheco, Olga Trucios, Mercedes Hernández, Aeda Pérez,
Andrea Vázquez, Manuel Salas, y en participación especial Natalia Sosa,
ganadora el OTI y maravillosa actriz de más de 18 obras musicales nacionales.
Es común
escuchar que familiares de personas que intentan o logran suicidarse mencionen
que nunca se imaginaron, en especial las más distantes, pero incluso en
ocasiones las cercanas. Y la pregunta es ¿estaban realmente involucrados y
cercanos como para percibir las señales? Es probable que sí, y aún con ello no
se percataran; como hay casos que no. Muy importante reiterar que un suicidio
consumado suele estar precedido de un intento fallido.
No se
trata pues, de añadir cuestionamientos hacia las personas que lamentablemente
han tenido en casa o en su corazón esta situación, sino de reiterar que es la
familia y la gente cercana nuestro mejor potencial para ser personas plenas y
para resolver los problemas más graves que podamos enfrentar, la depresión y el
suicidio incluidos.
Cada
integrante de la familia tiene a su alcance formas naturales de fortalecer al
grupo y a cada persona, independientemente de que esté en riesgo o no, el amor,
la unión, la vinculación estable, son riquezas que a toda persona nutren y
protegen. No esperemos señales, ni mucho menos la cercanía de un caso, hagamos
hoy lo que sabemos que podemos hacer en casa: estar más pendientes, apoyarnos,
avivar la autoestima mutua, darnos tiempo e intimidad para lo positivo y lo
difícil.
Tengo de
hace mucho el orgullo por su talento y su dedicación, pero ver a mi hijo como
actor de esta puesta, ha exaltado mis sentimientos y mi forma de valorar que haya
encontrado en el arte su forma de vivir, y con ello la forma de involucrarse en
la vida de otras personas. Está por demás, pero digo que espero con ansias
verlo en escena y captarlo en esa nueva grandeza de humanidad.
Acudir a
conocer la historia de María y Gallito es buena idea. La emotividad que se
encargará de estimular esta talentosa Compañía sin duda alertará nuestra
conciencia y reavivará acciones que por supuesto tenemos a mano, pero a veces
la rutina y circunstancias nos permiten descuidar. Y mejor idea ir con seres
amados, y luego conversar, de lo que vieron, lo que sintieron, de la vida, de
los sueños, de los obstáculos, de la belleza de estar juntos hoy.
Nos vemos
allí, o conversemos en estos espacios, pero tomemos una decisión sobre la
importancia que queremos darle a la vida de otras personas, mientras están aquí.
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*Jorge
Valladares Sánchez
Papá, Ciudadano,
Consultor.
Doctor en Ciencias
Sociales.
Doctor en Derechos
Humanos.
Coordinador
Nacional de la Red Cívica Mx, A.C.
Especialista en Psicología
y Licenciado en Derecho.