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Elecciones baratas

José Francisco Lopez Vargas
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Claroscuro, por: Francisco López Vargas. 

En la más reciente sesión del Instituto Nacional Electoral, el pasado 10 de diciembre, el consejero electoral Uuckib Espadas Ancona, hizo uso de la palabra sobre la exigencia del actual gobierno de que la autoridad electoral debería de promover que los comicios para elegir a las autoridades de gobierno sean más baratas.

Líder opositor desde sus años de estudiante en el Partido Comunista, Uuckib ha sido uno de los luchadores por la democracia en este país y ha sido testigo del cochinero electoral que vivíamos los mexicanos en la larga gestión que significó la construcción del partido de Estado, hasta la construcción del actual INE.

La disertación de Espadas Ancona empezó preguntándose a sí mismo sobre si se pueden hacer elecciones más baratas. Transcribo sus reflexiones sobre el tema.
“Sí muchísimo más baratas”, se respondió y agregó:
“Pertenezco a una generación que fue recurrentemente a votar en elecciones baratas. En 1988 teníamos una credencial de plástico sin fotografía con la firma, más o menos, escribible porque era de plástico, y era muy barata esa credencial.

Era tan barata que los operadores del fraude electoral disponían de diez, quince o 20 de ellas. También hacían boletas más baratas, tan baratas que se podían hacer sobretiros de estas boletas para rellenar urnas a conveniencia, urnas que también era más baratas porque a los reclamos de la oposición de establecer urnas transparentes invariablemente se nos rechazaba diciendo que estas urnas transparentes eran un lujo más allá de las posibilidades de un país como México y que las urnas opacas estaban bien y mucho mejor todavía porque permitían su embarazo.

“Era más barato no colocar la placa metálica que al día de hoy garantiza que no puedan entrar más de una boleta en la urna, y así en 1988 nos llenaron las urnas de tacos. “El proceso de selección de funcionarios también puede ser mucho más barato.

Durante décadas de lucha logramos sofisticar el procedimiento de selección de funcionarios electorales para hacerlo a partir de sucesivas insaculaciones y garantizar así que fueran ciudadanos cualesquiera, capacitados para el efecto los que llegaran a las casillas en un proceso que es caro, que exige muchos capacitadores para capacitar a millones de mexicanos y de entre ellos obtener los funcionaros que en la casilla cuidan nuestros votos.

“Por supuesto era mucho más barato como se hacía antes. Cuando los funcionarios de casilla eran los mismos que habían operado el fraude electoral a lo largo de tres, cuatro, cinco y siete elecciones. Y era todavía más barato porque por lo general no cobraban: formaban parte de las redes políticas del partido de Estado y era parte de sus labores. Era sin duda más barato.

“Era más barato porque los partidos políticos no tenían las prerrogativas públicas de las que disponen hoy, lo cual lograba que la oposición careciera de recursos para hacer campañas electorales y que el partido de Estado pudiera hacerlas con absoluta libertad.

“Y puedo así seguir dedicándome uno a uno a los instrumentos que hoy le garantizan a la ciudadanía la integridad de las elecciones.

De ninguna manera, este consejero (refiriéndose a él) va a aceptar regresar a elecciones baratas, esas elecciones como las que, en 1988, en el más grande fraude electoral que se haya realizado después de la Revolución en este país, se implementara por la vía del hurto de la soberanía popular un modelo económico que hasta el día de hoy padecemos.

No señores, elecciones baratas y elecciones democráticas no son lo mismo. “No estoy dispuesto en lo individual, y espero que este cuerpo colegiado no lo esté, a regresar a un México en donde las elecciones baratas permitían que los mismos rufianes de siempre se robaran elección tras elección, independientemente de la posición que hoy ocupa en el Estado mexicano, el gran operador de la barata elección que resultó en el gigantesco fraude de 1988”.

Como reportero, me tocó ser testigo de los comicios en los que se eligió a Víctor Cervera Pacheco como gobernador de Yucatán, luego de haber sido interino, en los que hasta la presidenta del Colegio Electoral admitió que ella haría lo que él le indicara cuando se le increpó el por qué no habían sido digitalizadas las actas de escrutinio de esos comicios. A mi me tocará convivir con él, se justificó.

En los comicios de Abelardo Carrillo Zavala, en Campeche, también atestigüé cómo se rellenaron las urnas en una jornada en la que los electores brillaron por su ausencia en las casillas que pude recorrer.

En 1988, los comicios federales en Yucatán fueron no sólo de los más vigilados, sino que los incidentes subieron de tono y ante la cerrazón de los medios electrónicos para los candidatos opositores, Manuel Clouthier del Rincón, el candidato presidencial del PAN, realizó plantones ante algunas radiodifusoras y logró que le dieran espacios para entrevistas.

Las elecciones baratas siempre salieron caras para los ciudadanos.

José Francisco Lopez Vargas
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