Por: Luis Repper Jaramillo.*
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En tres años ha dicho más de 67 mil mentiras
PECAR: cometer una falla o apartarse de lo que es recto y justo.
RELIGIÓN: actuar o pensar contra la voluntad de Dios o contra los preceptos de una religión.
CONSTITUCIONAL: protesto cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan… bla, bla, bla
Estas definiciones, y compromiso político/moral/ético/legal/social encajan perfectamente en la personalidad, identidad, modus operandi, simulación de quien el 1 de diciembre de 2018, prometió ante la Nación y sus chairos, ser un “gobierno diferente” (al PRI, 76 años. PAN, 12 años) y resulta un vergonzoso fiasco, grotesco, mentiroso, patán, soberbio y defraudador (de sus larvas y seguidores): el pecador se llama Andrés Manuel López Obrador.
Dice las Escrituras que “cuando se peca voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, el resultado es “una terrible expectación de juicio y de hervor de fuego” (Hebreos 10:26). “Ya no queda sacrificio por lo pecado para esta clase de personas (AMLO) que pecan voluntariamente después de que han conocido la verdad” (H 10:26)
Humanamente, se puede cometer errores, fallas, faltas, que personas con juicio y entereza corrigen; pero cuando deliberadamente sabe que los tuvo, pero su soberbia le impide resarcir esa actitud voluntaria se convierte en pecado, en todas sus acepciones (moral, religiosa, legal).
El significado academicista de pecar es “transgresión voluntaria. Violación a las normas morales que tiene distintos grados de seriedad”, diría yo, de perversidad.
Vamos a otro, que retrata el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) de mentir y pecar, del Coordinador General de México (porque no sabe gobernar, menos cómo hacerlo), Andrés Manuel. Dice el diccionario de la RAE “se aparta de lo recto y justo. Falta a lo debido. Exceso o defecto en cualquier línea” (su vida).
El TOC, (lean, Andrés y chairos), “se caracteriza por los pensamientos irracionales y temores (pánico por el y su pasado. Obsesiones) que provocan comportamientos compulsivos, repetitivos”.
En este escenario, el líder moral y Dios de los “floreros”, chairos, amlovers, pejezombies, aduladores, adoradores, larvas, leales a ciegas, pagados, oportunistas, morenistas, etc. aceptan y toleran los dislates y disparates de su gurú, pese a que la realidad del país pasa por el caos, la perversión, corrupción, impunidad, nepotismo, incompetencia oficial y encono social provocado desde Palacio Nacional a través de los Monólogos de su Soberbia, y las más de 67 mil mentiras que a lo largo de su fallido sexenio (3 años 2 meses) ha pronunciado.
Es tan vergonzosa la lista de medias verdades, falsedad, engaño, que el Taller de Comunicación Política (Spin) da seguimiento durante 1155 apariciones de Andrés Manuel en medios de comunicación con discursos, ruedas de prensa, monólogos, palabrería, que define “sus mentiras son tan frecuentes que se convirtieron en cinismo”. Y miren si, no.
Luego de su aparente recaída de COVID 19 (mentira del vo vocero de Palacio Nacional, Jesús Ramírez Cuevas), que fue un cateterismo en el Hospital Militar (por qué no en el ISSSTE, es burócrata. O una palanca en el IMSS), al día siguiente en la oficina del Águila, grabó un mensaje subido a You Tube y sus redes sociales, con duración de 15 minutos, lapso en el cual Andrés incurrió en 10 mentiras, falsedades o información inexacta (Spin).
Esconde sus mentiras en la recurrente muletilla “yo tengo otros datos”, que no es más que su TOC, por falsear y pecar.
Existe en publicidad exterior y redes sociales un slogan de las librerías Gandhi, que exhibe una gran verdad “leer te ayudará a entender que “los otros datos”, no son otros datos, se llaman mentiras”
En medios de comunicación se divulga esta realidad “la desinformación –mentiras- que se difunde en Internet en algunas ocasiones tiene su origen en fuentes oficiales, como sucede con AMLO”
Habida cuenta de lo anterior, y que el sino de López Obrador es la mentira, cae en el círculo viciosos conocido como 7 Pecados Capitales: Soberbia, Avaricia, Lujuria, Ira, Gula, Envidia, Pereza.
Soberbia, es un tipo arrogante que cree tener toda verdad. Su verdad “sus datos”, lo que debe prevalecer sobre cualquier otra opinión, versión o sugerencia. “Si no estás con la T4a, estás contra la Transformación de 4ª”, ha dicho en reiteradas ocasiones. No acepta disentir. Su actitud ante la sociedad es de superioridad, se cree diferente, distante, ¡es despreciativo!
Avaricia, afán de poseer mucha riqueza (dinero) sólo por placer. He descrito en esta magnífica tribuna periodísticas que lo suyo, lo suyo es el dinero. Acumular recursos públicos, para saciar sus ansias. Desapareció dependencias, fideicomisos, fondos, despidió más de un millón de burócratas, quitó a empleados federales las guarderías infantiles. Lo más despiadado, suspendió a niños con cáncer medicamentos, quimioterapias, tratamientos especializados en proceso, disimulando su avaricia en un mamotreto Austeridad Republicana, que amasa cuantiosa fortuna (para él, su parentela –hijos mayores-, hermanos, primos, etc.) y para construir sus obras faraónicas, reflejo de su vanidad: Tren Maya, Refinería Dos Bocas y Central Avionera Santa Lucía. Andrés es avaro, pero con dinero ajeno (erario público)
Lujuria, deseo y actividad sexual exacerbados. En los primeros meses de su fallido gobierno, López experimentó este vicio capital, cuando instintivamente, no como afecto, se vio envuelto en escenas grotescas, inmorales. Cargaba en brazos a niños, a chiquitines a quienes besaba, lamía o chupaba mejillas, ante la inconformidad, molestia, indignación de las madres, inquietud y rechazo del pequeño.
No es casual que dentro de su agenda de paseos por las entidades del país –regularmente en fines de semana- Andrés tiende a visitar el Estado de Nayarit. Su razón tendrá, pero no es bien visto su interés por alguien que radica allá.
Ira, enojo o enfado. Reacción emocional incontrolable cuando se sabe que el resultado de algo le será adverso. Esto le sobra al Coordinador General de México (porque no sabe gobernar, menos cómo hacerlo). Es su ADN. Constantemente en el Monologo de su Soberbia, se vuelve iracundo cuando un periodista de verdad, (no sus paleros como Carlos Pozos, el Pirata mentiroso, o la güera oxigenada) lo cuestiona, exhibe o desenmascara. Su primera reacción es mirar a Jesús Ramírez (cómo diciéndole ¿cómo se te filtró éste?, y ¡le diste micrófono!) Después recurre a su TOC, “yo tengo otros datos”, desaíra al interlocutor, se echa una perorata sin sentido. Interrumpe el monologo y da la palabra a un afín.
Gula, apetito desmedido de comer y beber. Cuando inició la T4a, se vio a un Andrés delgado, hasta demacrado. Trajes y ropa cotidiana le quedaba grande, pese a utilizar el chaleco antibalas. Con el transcurrir de los meses subió de peso y talla, incluso su abdomen se ve abultado. En aras, dice, de preservar el arte culinario mexicano, desayuna, come y cena garnachas, alimentos altos grasa, harina, azucares, etc.
Es decir, no lleva una dieta balanceada. Su gula ha servido para que los caricaturistas (moneros) de los periódicos, revistas, redes sociales, memes, etc. se den un festín, dibujando a quien se parece a López Obrador con una panza pronunciada, y sin botón central de la camisa.
Envidia, Andrés no acepta el éxito de las personas. Dentera los logros de triunfadores. Sólo él quiere ganar. Detesta a la gente, los mexicanos no le interesan, no ofrece (con sus políticas públicas) que la sociedad logre mejor calidad de vida. A los pobres los convirtió en pobres extremos. Desprecia a los que pretendemos alcanzar otro nivel social. Nos califica como aspiracionistas. Es tal su envidia que a la población entre pobres, ricos y millonarios le llama Clasemedieros.
Se aventó la puntada en Monologo de su Soberbia de sugerir no aspirar a comprar otro par de zapatos, con el que tiene es suficiente. ¿Por qué comprar un auto nuevo o usado más reciente?, el que tienen les funciona. Así, otras estupideces.
A los empresarios, comerciantes, emprendedores que no son de su tendencia política (Morena) los acusa de haber logrado su riqueza a través de la corrupción, de su idoneidad con los conservadores, liberales, con la mafia del poder.
Lo que oculta es cómo sus hijos mayores, quienes, por arte de magia, los hizo prósperos, exitosos empresarios cerveceros, refresqueros y chocolateros, en menos de 18 meses desde el inicio de su fallido sexenio, ¿cómo lograron tan aspiracionista hazaña?
Pereza, en su video de regreso a PN luego del cateterismo, mencionó que “trabaja mucho”, ¿usted le cree? ¡en dónde están los resultados!, nadie comprueba lo contrario, pues luego del Monologo de su Soberbia desaparece el resto del día. ¿Qué hace? Galbaceanar.
Quien no es perezoso ¡¡da resultados exitosos!!
*Miembro de los Grupos Editoriales Digitales radioexpresionmexico.com, mexiconueva era.com, pausa.mx, revistapeninsular.com.mx, aldeadigital.mx, bajosello.com