Por: Cristina Padín.
Sal del mar. Mar y marineros. Marineros y Galicia. Galicia: tierra de alma, fuerte. Muy fuerte es el que trabaja en la mar, es héroe. Héroe: dícese del que arriesgare su vida haciendo mejor la vida. La vida, las vidas, que una vez más se tragan esas olas, a menudo tan bellas, que a veces son traicioneras. Traicioneras y amargas. Amargas las noticias que llegan desde tan lejos a un lugar que son leyendas, cariño con palabras en diminutivo, trabajo y gran respeto. Gran respeto hay siempre en el mar. El mar.. da.. quita.. el mar inmenso y hermoso que a veces golpea en bofetones que son dañas y puñales de drama. Drama y dolor. Dolor y llanto. Llanto y una enorme tristeza. Enorme tristeza por la tragedia de 24 corazones, unos de un lado y otros de otro, y todos de aquí. De aquí: gallegos. Gallegos en comunión y familia. Familias que se rompen en un millón de heridas de amargura y lágrimas. Lágrimas en cada uno de los que sentimos nuestra tanta tristeza. Tristeza infinita y una esperanza. Una esperanza depositada a los pies de la Reina de los Mares, la Virgen del Carmen. Virgen del Carmen, ojalá acompañes a cada uno de estos marineros en su camino de regreso a casa. Casa: Galicia, donde hoy duele el agua con luto y sal..
A familias y amigos de cada marinero fallecido o todavía desaparecido
A los tres supervivientes de una espantosa tragedia y a sus allegados
A Galicia
A cada héroe
A cada persona que ha rezado y reza por este drama
A mi querido Luis
A la Virgen del Carmen