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Los Rectores de la Autonomía Universitaria

Marco Cortez Navarrete
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Por: Marco A. Cortez Navarrete.

Ayer, en la celebración del aniversario 100 de la fundación de la UADY y en medio de las ceremonias protocolarias, los discursos con enfoques históricos así como del presente y futuro y los incesantes aplausos y felicitaciones entre quienes acudieron al evento conmemorativo, llamó mi atención una imagen que circuló en medios de comunicación y redes sociales.

En esta imagen están 5 rectores, protagonistas en los últimos 39 años, es decir, una de las etapas históricas más recientes de la casa de estudios. Amén de la larga lista de rectores de antaño, comenzando con el primero y que ya no están entre nosotros pero que, seguramente celebran desde donde estén, el aniversario de la fundación de la casa de estudios, y con todo derecho, porque gracias a ellos ayer se celebró y disfrutó la efeméride.

Decía que además de los funcionarios estatales, municipales, estudiantes, académicos, directivos, egresados, y público en general, subrayo la presencia de quienes antecedieron al rector en funciones y que, para un servidor, son parte viva y medular de la historia moderna de la UADY.

En este acontecimiento destaco la asistencia del Ing. Álvaro J. Mimenza Cuevas con quien, considero, la UADY inició una nueva etapa más de su evolución en 1984; con este rector el Congreso del Estado, a iniciativa del Gobierno Estatal, otorgó de Derecho la Autonomía, que ya existía de hecho al momento de la creación de la institución pero que con este acontecimiento quedó sellado el derecho de la UADY a definir su presente y su futuro en materia de administración, proyectos, planes y programas, sin injerencia directa de los poderes pero sí con la obligación de transparentar y rendir cuentas.

Además de Mimenza, figuran en la gráfica tres rectores más que ya no tienen las riendas universitarias pero que mantienen el título honorario de rector, ellos son el CP Carlos Pasos Novelo y los doctores Raúl Godoy Montañez y F.J. Alfredo Dájer Abimerhi, amén de José de Jesús Williams en cuyas manos está hoy el presente y el futuro inmediato y a corto plazo de la Máxima Casa de Estudios del Sureste de México.

Digo esto porque, en un libro editado, sino me equivoco, con motivo del aniversario 70 de la UADY, siendo director general de Extensión, Jaime Barrera Aguilar, figura otra imagen similar solo que en ella se encuentran, además del Ing. Mimenza y del Contador Pasos las imágenes de los extintos rectores doctor Alberto Rosado G. Cantón y abogado Francisco Repetto Milán. Libro que por cierto, se imprimió en dos versiones, una de lujo y otra, digamos más accesible. Entre mis pocos libros debo tener alguno de este documento que prometo en su momento mostraré dicha fotografía.

Reitero que estos rectores, todos y máxime el actual, tuvieron y tienen la enorme responsabilidad física y moral de velar y asegurar la continuidad de una educación de calidad, con prestigio y con trascendencia local, nacional e internacional, además de procurar por el bienestar no tan solo de su comunidad de académicos y trabajadores activos y jubilados sino por toda la sociedad, especialmente de los sectores que menos tienen y que son los que más necesitan de los productos generados en las aulas y laboratorios de la UADY.

Esta imagen; niños, jóvenes, y personas que me regalan su tiempo para leer, pasará a la historia y más aún cuando arriba de ellos luce con todo esplendor la placa conmemorativa de los 100 años que representan un siglo de lucha, de trabajo, de esfuerzo, de dedicación y de sacrificios, sobre todo esto: sacrificios, especialmente, de aquellas personas que están dando o que en su momento dieron todo de sí, sin importar días y horarios, vacaciones, para que las cosas se hagan como se debe: de manera Excelente.

Por ello me pongo de pie y agradezco a Dios, porque creo en Él, el haber conocido y trabajado con estos señores. Luego entonces, concluyo citando los festejos de la UADY, también mi Alma Mater, mi segunda casa, donde dejé de ver en gran medida el crecimiento de mis hijos pero que de alguna manera me retribuyó formándolos y haciéndolos personas de bien, útiles y productivos para la sociedad que tanto los necesita.

Y como buen jaguar, hoy recuerdo las tres palabras que nunca deben olvidar: Luz, Ciencia y Verdad.

Muchas gracias y hasta la próxima.

Marco Cortez Navarrete
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