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Se adelanta un caballero

Rodrigo Menéndez Cámara
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El pasado viernes 1 de abril falleció Don Manuel Díaz Rubio; yucateco ejemplar por su labor como empresario, filántropo y promotor de la paz, así como por haber sido un caballero en toda la extensión de la palabra. El vasto legado que construyó en vida le hizo merecedor de múltiples distinciones y galardones, al igual que del afecto y respeto de muchas personas que vieron en él a un ser humano apasionado, visionario y generoso.
Don Manuel Díaz fue hijo de don José Díaz Bolio y de doña Margarita Rubio Mañé.
Su familia, según decía don Manuel, fueron lo más importante que tuvo en su vida.
A finales de la década de los setentas, inició una fructífera carrera en el comercio marítimo la cual duraría más de 40 años. Debido a las innovaciones que implementó en los servicios y procesos de logística portuarios, Don Manuel Díaz Rubio se convirtió en un referente nacional de éste sector empresarial.
Su exitosa carrera profesional estuvo acompañada por su labor filantrópica, siempre mostró una gran preocupación por la salud mental, lo cual lo llevó a abrir espacios donde pudieran tratarse personas con padecimientos de éste tipo. Igualmente, hizo significativas aportaciones a la difusión y el funcionamiento de centros dedicados a la equinoterapia.
Los esfuerzos altruistas de don Manuel también abonaron a la educación, la cultura y la historia. Probablemente su obra filantrópica más reconocida haya sido el patrocinio del trimarán llamado “Zamná”, el cual fue un barco que navegó por todo el mundo llevando un mensaje de paz.
Todas las obras antes mencionadas hicieron que don Manuel fuera reconocido en Yucatán, su hogar, pero también en otras partes del mundo. Entre sus reconocimientos, destacan que fue nombrado “socio de honor” por parte de la Asociación de Amigos del Museo de Anclas Philippe Cousteau de Salinas; que se le otorgó el título de “Caballero de honor” por parte de la Soberana Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén en Glasgow, Escocia; y que fue reconocido como promotor de paz en la decimoséptima edición de la Cumbre Mundial de los Premios Nobel de la Paz.
Su último galardón fue la medalla “Héctor Victoria Aguilar”, otorgada por el Congreso del Estado de Yucatán, la cual le fue dada el pasado mes de enero en reconocimiento a su labor altruista.
José Manuel Díaz Rubio ejemplo perenne a seguir. Su éxito en los negocios y su fuerte sentido social lo hicieron un ser humano pleno que inspiraba, a quien tuviera el placer de conocerlo, a ser una mejor persona. Con gran cariño, lo recordaremos siempre por ser aguerrido, visionario y, sobre todo, bondadoso. Su trabajo y sus aportaciones perdurarán por muchos años, como igual lo hará su nombre.
Desde la Revista Peninsular, enviamos respetuosamente nuestras condolencias a Doñoa Patricia, Juan Manuel y Gerardo, así como a sus demás familiares y seres queridos en éstos momentos tan difíciles. Mantendremos a don Manuel, un verdadero caballero, en nuestra memoria y nuestros corazones. ¡Un abrazo al cielo!

Rodrigo Menéndez Cámara
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