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Nunca dejaremos de aprender

Marco Cortez Navarrete
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Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.

El estar incapacitado -de manera temporal, claro está-, tiene sus desventajas pero creo también tiene sus ventajas, y muchas más tal vez si siguiera caminando o corriendo, no sé.

Me fracturé el tobillo de mi pie derecho, ya va un mes y dos semanas desde la cirugía, con una buena atención médica y recuperación apropiada.

Cierto es que de manera temporal no tengo la misma movilidad, es más, requerí de mayor reposo como parte de la recuperación, pero ¿de qué me ha servido esta situación en mi vida?.

“¿Cómo te pasó?” “¿por qué te paso?”, son las preguntas más frecuentes que me formulan mis amigos y mis conocidos. La respuesta es muy sencilla: me pasó porque me tenía qué pasar, porque así es el destino, porque cuando te ocurre algo, positivo o negativo, es porque te tiene que ocurrir. Nada ni nadie puede ver el futuro, ni siquiera el inmediato, ese mismo que abarca los próximos 10 segundos de tu vida.

Gracias a Dios, mi cerebro y los dedos de mis dos manos siguen trabajando como siempre, es más, ahora mucho más que antes.

Esto me da la oportunidad de reflexionar con mucho más detenimiento mi pasado, mi presente y pensar en el futuro, consciente que `pensar en el mañana´ es solo eso, pensar, cuando abra los ojos mañana entonces podré, tal vez, concretar lo que piense hoy.

En este lapso veo con agrado que la pandemia de Covid-19 parece ser, gradualmente, que ya va formando parte de la historia, una historia cruel y difícil para miles de familias pero que finalmente deberá recordarse como uno de los capítulos más oscuros de este siglo que apenas tiene dos de sus 10 décadas programadas.

No obstante, diría que aún debemos mantener ciertas normas en esta etapa poscovid para evitar más que nada un nuevo rebrote, aunque la naturaleza juegue con la mutación de este organismo que llegó para integrarse a nuestra vida cotidiana.

PD. Todas, absolutamente todas las personas que por algún motivo se han cruzado por nuestra vida tienen una razón de ser. Nada es casual, y por lo tanto, debemos estar agradecidos de que esto haya sucedido o suceda, no importa si nos quieren, aprecian o todo lo contrario, si la naturaleza nos las puso enfrente es porque hubo un propósito, un fin, una lección.

Nunca dejaremos de aprender.

Hasta la próxima.

Marco Cortez Navarrete
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