Claroscuro, por: Francisco López Vargas.
El sábado por la mañana Ricardo Monreal Ávila,
presidente del Senado de la República, recibió el balde de agua fría del
gobierno de Layda Sansores Sanromán: Nadie de su administración lo recibió
públicamente, no hubo cortesías visibles, ni atenciones y eso que él es un
aspirante presidencial de ese partido al que aún pertenece y fundó junto a
Layda y a Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México.
Mientras el presidente se ocupa de sus adversarios
casi a diario, en Morena es evidente que hay una lucha por congraciarse con el
dedo mayor y quien, hay que admitirlo, será el gran elector del candidato que
lo sustituya: pragmático o afectivo, López Obrador insiste en que ya no hay
tapados, pero en los hechos encarna una parodia en la que todos saben quién es
su favorita.
Mientras en el PRI los expresidentes convocan a una
reunión para saber qué sucedió en ese partido en su ausencia, hasta Miguel
Ángel Osorio Chong, responsable en buena medida del descrédito actual del
partido, se enlistan para pedir cuentas, esas que ellos mismos no supieron dar
cuando tenían no sólo los recursos sino que pactaron con López Obrador a cambio
de su propia salvación y la exoneración de sus latrocinios.
Mientras en el Estado de México había un desfile de
corcholatas presidenciales, el destapador se pasó la semana haciendo
recomendaciones a sus adversarios, tratando de hacernos creer que no tienen
oportunidad de competir contra su partido, pero en los hechos su molestia
refleja exactamente lo contrario. Después de todo, a él le interesa regresar a
los tiempos del carro completo y de elecciones “baratas” poco confiables.
En Campeche, como buen fin, la gobernadora asistía a
eventos de precampaña de su partido lejos del Estado mientras en la semana se
esforzó por inaugurar obras y realizó eventos como para reducir las críticas a
su perenne ausencia y a la escasez de presupuesto que adolece a su gestión.
Así que mientras Ricardo Monreal hablaba con los
campechanos de los temas que interesan, la gobernadora atendía a Claudia
Sheimbaum, Adán Augusto López y hasta a Marcelo Ebrard y Delfina Gómez, con
quienes departía en el inicio de la carrera por el 2024 y, de paso, por la
gubernatura del Estado de México.
Así, Monreal se reunió con muchos de los que operaron
para que Morena ganara, otros en sus desesperados intentos por regresar a la
vida pública, y otros acostumbrados a ser acomodaticios de todos los gobiernos.
Los ex gobernadores no llegaron con excepción de
Abelardo Carrillo Zavala, que acaparó la velada, mientras la comidilla fue Antonio
González que no aceptó la reunión previa con la hija de Monreal que le llamó
para invitarlo a comer. Quizá le dio pena luego de su bochornoso encuentro con
la gobernadora a quien le pidió audiencia mientras ella lo ignoraba en un vuelo
de avión.
Elisa Montiel estuvo como presentadora, los Sarmiento,
Luis y Roberto, en primera fila, como estilan. Carlos Rosado Ruelas, el ex
alcalde, también aprovechó para dejarse ver.
En Casa Vieja, Maruja del Río convocó a varios
miembros de la sociedad civil que le pidieron opinar al senador sobre temas
delicados como el narco, la militarización y varios temas espontáneos entre los
asistentes. La reunión tuvo tanto éxito que Monreal la comentó en sus demás
visitas locales.
Como para no dejarlo fuera, el presidente comentó que
sería bueno que lo invitaran pero el daño, al menos para el senador, ya estaba
hecho aunque, para muchos, el hecho de dejarlo fuera de la carrera presidencial
hace prever que él ya no participará al menos con Morena, pero como buen
político siguió hablando de su aún partido y garantizó que estará en la boleta,
cosa que cada día se ve más distante.
Hoy martes, la agenda se enfocará en la reunión de los
ex presidentes del PRI con su dirigencia nacional tema que surgió el fin de
semana con una carta firmada por los “notables” priístas que, hasta ahora, poco
o nada se sabía de ellos a pesar de que su partido recupera votos pero pierde
gubernaturas con la ayuda del presidente que lo mismo los hace embajadores o
cónsules que los invita a ser miembros del gabinete mientras los gobernadores
que se ponen flojitos y cooperando para seguir perdiendo elecciones y ganar
posiciones en la 4T.
Mientras, Monreal retomó su ofensiva como el “hijo
desobediente” y aseguró que aprovechó viajar a Campeche porque “es un timbre de
orgullo haber sido excluido” del arranque de campaña para la presidencial en el
evento del EdoMex donde todas las corcholatas participaron.
Y soltó el dardo: “ese desayuno en Toluca, aseguró,
podría ser catalogado como un acto
anticipado de campaña y dijo que Mario Delgado, el presidente de Morena, le
llamó para convocar a participar en el mitin pero lo excluyó del encuentro
previo.
Se quejó de la falta de democracia y de reglas claras
y piso parejo en Morena, y severo que él seguirá en la lucha “cuando la ley lo
permita”.
Seguiré en la lucha pero respetando la Constitución y
la legalidad, realizando mi trabajo con esmero y eficiencia.
No será violando la ley como honraremos a la
democracia y las mejores prácticas políticas, expuso en rueda de presa. Para
mí, agregó, no es adecuada la utilización de recursos públicos para las
promociones personalizadas de manera anticipada… seguiré siendo leal a los
principios que originaron la formación de nuestro movimiento.
¿Habrá desbandada o rompimiento? Más temprano que
tarde daremos cuenta de ello.
