Por: Cristina Padín.
El nombre que más le gustaba de todos los nombres de chico era el de Pablo. Ella se llamaba Paula. De niña hacía trenzas a sus muñecas, las vestía de blanco y de rojo, y les ponía nombres hermosos como Ella o Carmen o Bárbara o Manuela. A todos los muñecos les ponía Pablo.
Ahora su vecino se llama Pablo. Festejan el santo el mismo día. El 29 del perfecto junio. Hoy. Siempre ha pensado que el que se llama Pablo es alguien que ofrece confianza. Con alguna excepción. Y así es el vecino. Culto, lector (en los que no leen no confía), taurino, honesto.
Amigo del vino. Humilde. Hermano de la verdad. El que no camina con la verdad no avanza mucho. Hoy comerán sardinas.. y también saltarán una pequeña hoguera. Y estarán disfrutando la noche de verano. Es que las tradiciones son muy bonitas. Paula estará con su novio (que no se llama Pablo)
A Pablo: puro divo
A Pablo Aguado
A casi todos los Pablo, esa es mi teoría sobre ese nombre
A Pedro
A Paula: mi amiga
A junio
A mi querido Luis
Al toreo
A las tradiciones
A la verdad y a la humildad