Por: Marco A. Cortez N.
El jueves 13 ppdo., el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no tan solo exhibió, sino que se burló de la oposición a su gobierno. Como sabemos el régimen que encabeza AMLO tiene como esencia y prioridad erradicar del vocabulario la palabra “neoliberal”: sistema socioeconómico instaurado en 1988 con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari y consolidado durante administraciones posteriores hasta que el tabasqueño llegó al Palacio Nacional.
Entre risas y burlas, incluso de los comunicadores que acuden con frecuencia a las conferencias mañaneras, el presidente se dio el lujo de dictarle a la oposición no solo a cinco, ni a diez, ni a veinte, ni a treinta, sino a ¡42 personas! que -según dijo- han levantado la mano y con ella sus aspiraciones a sucederlo en la presidencia de la República.
En la larga lista figuran ex funcionarios de gobiernos federales anteriores, gobernantes, ex gobernantes, políticos, empresarios, periodistas, y hasta artistas y comediantes los cuales, obvio, no perdieron la ocasión para hacer de las suyas y apoderarse de las redes sociales cuando menos las 24 ó 48 horas después de la revelación presidencial.
En un momento determinado, López Obrador que esa mañana lució alegre, animado, con sonrisa a flor de labios, fue citando y dando alguna que otra característica de los opositores, de los conservadores, según su diccionario y filosofía política.
Es importante decir que entre los nombres dados a conocer por la presidencia figuraron los gobernadores de Yucatán y de Oaxaca, Mauricio Vila Dosal y Alejandro Murat Hinojosa, respectivamente, para quienes AMLO (entonces si) tuvo palabras de reconocimiento y de amistad, “son buenas personas”, expresó.
Con todos los demás, es decir 40, jugó el tiempo que consideró, exhibiendo una y otra vez que el bloque opositor (PAN-PRI-PRD) es historia y la alianza Va por México se quedó sin pies y cabeza gracias al flamante líder Alejandro Moreno Cárdenas a quien los loprezobradoristas doblaron de tal manera quebrándole casi la columna y obligándolo a declinar por una iniciativa que garantiza la presencia de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública y además capacitando a miles de integrantes de la Guardia Nacional.
El doblez no quedó en la Cámara de Diputados sino que también alcanzó a un buen número de senadores priistas que ahora lucen más guindas que tricolores y tratan de lavar su imagen recurriendo a cualquier tema que les haga resarcir su imagen.
La puntilla para soldar tal doblez la dio el compadre del presidente, Adán Augusto López Hernández, secretario de gobernación, quien hizo público no un acuerdo sino más bien un pacto con el PRI y adelantando que ahora se buscará una reforma electoral argumentando los altos costos e intereses políticos que tiene el INE, órgano encargado de fungir como árbitro en los procesos electorales.
—-El caso de Yucatán—-
En este contexto político nacional, donde observamos cómo gobiernos estatales, ajenos a Morena, ceden con facilidad los espacios y poder a cambio de futuras nuevas encomiendas y posiciones, se encuentra el caso de Yucatán, el estado “más tranquilo del país” el mismo que según dice aquel refrán: “cuando se hunda el país vete a vivir a Yucatán”.
Yucatán, tierra de historia, cultura y leyendas, cuna de la civilización maya, y que en lo político, históricamente se cocina aparte, sí, con injerencias e influencias de los partidos políticos, pero con una muy clara y sólida cultura de su población que respeta el orden constitucional establecido pero que los gobiernos son electos democráticamente; que no se deja influenciar por “supuestos cambios o transformaciones” que prometen y que resulta finalmente que no es más que lo mismo, incluso, con correcciones y aumentos.
Estoy convencido que si el presidente cumple su palabra, en Yucatán sus habitantes elegirán a quienes realmente deben continuar con el timón en las manos, más allá de las imposiciones y dogmas. Pienso que el panismo yucateco no requiere alianza alguna y si el PRI y Morena lo hacen pues adelante, nada más sería formalizar lo que está a la vista de todos. Nada ni nadie se los impide, pero ojo, serán los electores quienes decidan el futuro del estado, no intereses personales o de grupos. No el gobierno federal, ni los partidos políticos, ni los poderes fácticos.
Es cuanto…hasta la próxima.