Por: Marco A. Cortez Navarrete.
El hackeo de los archivos de la SEDENA, quiérase o no, afectan al régimen lopezobradorista y sobre todo a la institución castrense, pero, además, se confirma lo que ya se sabía: el delicado estado de salud del presidente Andrés M. López Obrador, un tema delicado.
López Obrador es un ser humano, como tú y como yo, más allá del bien o del mal que ha hecho ¿qué presidente ha sido perfecto?; pregunto solo para saber. Creo que el tema central de la salud de AMLO radica en que debido a su condición física y mental haya un notorio relajamiento, o peor aún, suelte ya las riendas que controlan la política e iniciativas de su proyecto de nación y de paso llegue al final el mito de ser “el mandatario todo poderoso y todo terreno”.
Creo que de la salud del presidente ya tenían conocimiento sino todos, la mayoría de sus colaboradores, y ¿qué está propiciando?…bueno, lo que estamos testificando estos días, además de la violencia y la galopante inflación, me refiero a una inusitada ola de destapes de gentes de su gabinete y de otros más afines que ya se dieron cuenta de la debilidad de su jefe máximo, pero lo más grave aún es el feroz golpeteo interno que va en franco aumento entre los propios morenistas, y un ejemplo es doña Layda Sansores San Román, gobernadora de Campeche, y el líder del senado Ricardo Monreal, ¡Ambos de Morena!. ¿Cómo lo ve?.
Layda está aplicando la misma dosis que utilizó para doblegar a lo que queda del líder del PRI, Alito, pero no contó conque Ricardo Monreal es tan lobo o más que la propia campechana, hija del cacique priista Carlos Sansores Pérez, “el negro”, para quienes lo recuerdan.
Después del “martes del jaguar” con temas dedicados que le dieron buenos resultados a Layda para “empinar” a Moreno Cardenas hizo lo mismo con el senador zacatecano y la mayoría opina que fue con el visto bueno de su candidata, la poderosa jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y por ello le dedicó un programa a Ricardo Monreal. De inmediato el líder de la JUCOPO respondió con otro programa “El miércoles del Leon” que habla de la enorme riqueza acumulada por Sansores San Román desde las épocas de su padre, El Negro Sansores, dejando a la neomorenista con la boca sellada o costurada con una aguja capotera.
Evidentemente Layda es vehículo, de la jefa de gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, que para muchos es la “dorada” del presidente a López Obrador y quien, obvio, de ninguna manera puede o debe figurar en el zipizape entre Layda y Monreal; al contrario, ya dijo públicamente que no se meterá en la discusión.
Recordemos que este viernes, desde Baja California Sur, el presidente López Obrador repitió por enésima vez que al término de su gestión se irá a vivir a una quinta que heredó de sus padres y que mide mil 500 metros cuadrados, ahí, entre otras cosas, se dedicará a escribir sobre el conservadurismo y adelantando que esta labor llevará mucho tiempo.
Por eso digo que más trascendente que los datos sustraídos de los archivos de la SEDENA que afectan el prestigio de esta gran institución; la salud del presidente es preocupante, sobre todo si el país atraviesa por una crisis de credibilidad y división entre ricos y pobres, buenos y malos, gente del norte y del sur, este último fomentado por “el inteligente” Adán A. López Hernández, secretario de gobernación y quien supuestamente está para conciliar y no para profundizar aún más la división entre los mexicanos de todas las regiones del país.
A veces pienso que estamos viviendo una época donde el mundo está de cabeza. Lo digo porque un día escucho al presidente dar cátedras de historia (especialmente de México) y al otro, hablar de valores y humanismo, pero de repente, lo escucho despotricar y llamar con un coraje acendrado: “hipócritas, clasistas y mentirosos a quienes no piensan o están de acuerdo con su proyecto de país y que además por eso son traidores a la patria”. ¿Que no México es un país democrático? ¿Plural? ¿Con libertad de expresión y de pensamiento?.
Pero regresando a las “corcholatas”, perdón, gallos de AMLO para ocupar su trono en Palacio Nacional, quiero hablar de un precandidato que ya se percató que además de calladito, así se ve más “bonito”, actúa más con inteligencia, cautela y serenidad. Si, hablo de Marcelo Ebrard Casaubón, para muchos el “apagafuegos” de los conatos de incendio o de plano incendios generados por AMLO a raíz de sus declaraciones sobre España, Francia, EEUU, Europa, Sudamérica, etc.
Con sus giras al extranjero y diálogos con gobernantes y líderes políticos de todas las latitudes, Marcelo aprovecha hasta la más mínima oportunidad para mostrarse con una imagen trabajada y dosificada y cuando no tiene compromisos pues saca de su garage su “vochito” eléctrico, sube a su esposa, y recorre las calles de la Ciudad de México sin dejar de elogiar las energías limpias.
Estimado lector, ojo con Marcelo Ebrard Casaubón – no digo que él será, pero creo que si sería un acierto para el traqueteado país porque bien puede retomar temas como la paz social,
que tanto necesitamos los mexicanos, también puede abordar temas como los procesos económicos, sociales y acuerdos con países de primer mundo para hacer alianzas que ayuden a México a salir del infra mundo donde está ubicado.
Mi lectura de todo lo anterior es, primero, que las “corcholatas” de AMLO ya se soltaron el chongo y ya no les importa nada y como parte de esto comenzaron una guerra sin cuartel cuyo fin es llegar al poder político económico y social y sacar de la jugada a quien o quienes sean necesarios o estorben sus planes y proyectos, y que, según ellos, “serían un peligro para México”. Así igualito como se expresaban de AMLO, ¿se acuerdan?.
¡En México no ha cambiado nada!, es el mismo sistema político y el mismo gobierno, solo que pintado de un color innovador que por cierto no es rojo comunista, sino guinda. ¿Se han fijado?.
Del presidente debo decir con todo respeto, y sin ser médico de profesión, que cada día que lo veo en sus mañaneras es diferente. No mantiene un comportamiento homogéneo, sus patologías son cada vez más evidentes, su fortaleza física ha mermado ya que su andar es más lento, y su coherencia mental requiere cada vez de mas del apoyo de su vocero, Jesús Ramírez. ¿Cómo lo se?, muy fácil, el vocero sale a cuadro cada vez más, y lo hace en la mayoría de las veces confundido, como tratando de adivinar lo que su jefe quiere o busca.
Y en este espectro los viejos priistas, de los cuales muchos ya son apéndice de MORENA, ni tardos ni perezosos no se quedaron atrás y gente con experiencia de décadas como Beatriz Paredes Rangel y la más contemporánea Claudia Ruiz Massieu, ya gritaron que también quieren y no les importa ser “corcholatas”.
Mención aparte creo merece Enrique de la Madrid Cordero. Hombre serio como su padre, que no niega la cruz de su parroquia pero que sabe guardar distancias sobre todos aquellos que en lugar de ayudarlo lo pueden perjudicar.
En síntesis, lo que pasa hoy en la cúpula del poder en México es algo muy delicado porque si así piensan las autoridades federales ¿cómo piensan los colaboradores de los partidos en los estados, los gobernantes, alcaldes, legisladores, etc?.
¿Será parecido o peor? El poder político en Mexico se ha convertido en un botín, como aquellos piratas que llegan a tierras vírgenes, inexploradas, saqueaban a su antojo y además sometían a los indígenas
pobres que, como hasta hoy, siguen pisados por las botas de sus amos, y de todo aquel que se siente superior.
Termino señalando; a mi Yucatán, en medio este mar de llanto y desolación. A Yucatán, como ha dicho el mismo presidente López Obrador cada día están llegando cientos de extranjeros y connacionales lo cual es bueno, pero ojo, el mantenimiento permanente de la seguridad es clave gracias a Luis F. Saidén Ojeda, a quien debemos La Paz y estabilidad social, este el
PRI o el PAN en el poder.
Hasta la próxima y recuerden:
¡A comer pibes, como locos!
Jajajajaja
