La Revista

Muerte y Resurrección

Elda Clemente Reyes
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Sic Sac, por:

M.A. Elda Clemente Reyes. 

Durante siglos los humanos hemos creído según el Libro del
Génesis que sólo Dios es capaz de dar y quitar el último aliento. Sin embargo, a lo largo de la historia el ser
humano se ha dedicado a investigar el origen de la fuente de vida, cómo
levantar un cadáver y arrebatarlo de los brazos de la muerte mantiene
intrigados a científicos de todo el mundo.

En su afán por desentrañar “la misteriosa alma del
hombre”, hace más de 150 años Víctor Frankenstein, creó un cuerpo a partir
de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados. El experimento
concluye con éxito cuando Frankenstein da vida al monstruoso cuerpo y así surge
la leyenda.

Pero Frankenstein no es el único, en pleno siglo XXI científicos
rusos, norteamericanos y japoneses, juegan con la vida y la muerte. En internet
se pueden leer historias como la del director de Investigación de Resurrección
en la Universidad Estatal de Nueva York y director del Proyecto de la
Conciencia Humana del Hospital de Southampton, Sam Parnia, quien ha reunido
todas las metodologías modernas en su libro ‘El Efecto Lázaro’ que consiste en
revivir muertos y contiene todos los consejos y análisis de la experiencia
mundial de esta praxis.

Aunque asegura que sus experimentos en animales y humanos le
han dado resultado habría que ver en qué tipos de muerte le funciona la
resurrección y si los seres que revive vuelven a ser normales en pleno goce de
sus facultades mentales, físicas y psicológicas o presentan alguna secuela
irreversible.

El pasaje bíblico de Corintios 15 dedicado a la Resurrección
de Cristo, menciona “La Resurrección es una victoria triunfante y gloriosa para
cada creyente en Jesucristo, quien murió, fue sepultado, y resucitó al tercer
día de acuerdo con las Escrituras”. Claramente Jesús vuelve a la vida por medio
del poder divino, él sabía que resucitaría entre los muertos y ascendería al
cielo.

La pregunta es: ¿Los experimentos científicos son parte de la
promesa de Dios a la humanidad o son simples mortales jugando a ganar un premio
nobel, hacerse millonarios, adquirir fama o tienen otro propósito?

La profecía 2015 de Michel Nostre-Dame, mejor conocido como
Nostradamus escrita en el siglo XVI también aborda este augurio “No muy
lejos de la edad del milenio, cuando no hay más espacio en el infierno, los
enterrados muertos saldrán de sus tumbas”.

Lo curioso es que el boticario francés no especificó si los
muertos reviven a causa de un experimento, lo cierto es que prácticamente hoy
su profecía está en marcha.

Aunque se desconoce si la resurrección de los muertos en los
laboratorios tiene un efecto secundario, me pregunto: ¿Cuántas personas serán
capaces de ser conejillos de indias y prestarse a estos experimentos con tal de
volver a la vida? ¿Será este el presagio
de una convivencia entre vivos y resucitados? ¿El principio de una era futura
donde los vivos sean reemplazados por los muertos?

El Credo de Nicea usado en las homilías de la iglesia
católica desde el año 325 d.c. dedica también un pasaje a la muerte y
resurrección en un sentido estrictamente celestial: “Creo en Dios, Padre
todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su Único
hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracias del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue
crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, y está sentado a la derecha
de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los
santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna”.

Lo anterior nos muestra la exclusividad del poder de Dios sobre
la vida, la muerte, la resurrección de la carne y la vida eterna.

¿Revivir un muerto darle una segunda oportunidad como a
Lázaro debe ser considerado algo divino atribuible a una prueba de fe y un
poder sobrenatural o simplemente debemos considerarlo una vida artificial,
resultado del método científico y un triunfo para la ciencia?

En lo personal y como creyente católica no tengo duda, de que
solo la resurección que procede de DIOS y del poder del Creador, puede
considerarse un milagro divino.

Elda Clemente Reyes
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