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Casa digna y decorosa, una brecha pendiente de cerrar

Raul Monforte González
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Construyendo, por: Raúl Asís Monforte González. 

E-mail: raul@mienergiamx.com
Facebook: Raúl Asís Monforte González. Twitter: @raulmonforteg

Le Corbusier decía, “La casa debe ser el estuche de la
vida, la máquina de la felicidad” Son muchos y muy variados los factores que
han contribuido para que en México se haya formado una grieta que con el paso
del tiempo se ha vuelto cada vez más amplia hasta convertirse hoy, en un abismo
que se antoja insalvable.

La demanda generada por la necesidad de albergar en un
hogar digno y decoroso a las nuevas familias del llamado “sector social”, que a
diario se forman y crecen en nuestro país, desde hace mucho ha ido quedándose crecientemente
insatisfecha, a pesar de los enormes esfuerzos individuales realizados por las
partes involucradas y responsables de garantizar a las familias mexicanas, ese
derecho humano básico consagrado en nuestra Constitución.

De tanto crecer este problema social, hoy se ha
llegado a un punto crucial, en el que todo puede desmoronarse por completo, o
podemos empezar a abordarlo con más profesionalismo y seriedad, en conjunto
todos los participantes, a partir del reconocimiento de una especie de
responsabilidad colectiva que nos cuestiona y nos compromete a todos para
llevar a cabo un trabajo colaborativo, dedicado y generoso, que nos permita
encontrar aquellas soluciones innovadoras, modernas y efectivas, para que todas
las familias de México cuenten con una vivienda digna y decorosa.

Adicionalmente a todos los demás desafíos que se
tienen que enfrentar, es preciso sumar la voluntad y el compromiso social de
los empresarios constructores de vivienda, con los esfuerzos de los gobiernos,
para generar reservas de tierra apta y suficiente. Y por el término apta, debe
entenderse que esté dotada de los servicios públicos básicos, integrada a las
ciudades, cercana a servicios educativos, de salud, de empleo y recreación. Y
hay que entender también que eso tiene un costo implícito e ineludible.

Es indispensable disminuir el tiempo que lleva
realizar los trámites y obtener las autorizaciones para construir los proyectos.
El tiempo es dinero, y un solo día más de enfrentar a la burocracia, es un día
que añade costo y pone mayor distancia entre la capacidad de endeudamiento de
un trabajador y el precio de las casas.

Los organismos y empresas encargados de dotar de
servicios a las viviendas, deben encontrar modos de hacerlos más asequibles. El
creciente fenómeno inflacionario vigente, necesita ser controlado con eficacia.
Es preciso que las instituciones financieras encuentren los instrumentos más
eficaces para fondear los proyectos, y todos tienen que trabajar en perfecta
armonía para que este problema sea resuelto.

Los perfumes más exquisitos y las joyas más valiosas,
vienen en estuches de extraordinaria belleza que a primera vista revelan pistas
de lo que uno encontrará adentro. No existe nada más valioso que la vida, y
sobre todo la vida en familia, por eso el estuche que la acoge, que es la
vivienda, tiene que ser digno y decoroso.

Necesitamos que ese sueño se torne en una flamante
realidad, la casa social tiene que ser asequible, y convertirse en una máquina
de la felicidad para todos los integrantes de la familia mexicana.

Raul Monforte González
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