Por: Ismael Méndez Camargo.
Este año que termina nos trae a la mente entre otras muchas cosas las manifestaciones de diversos grupos de mujeres que con actos vandálicos han dañado en avenidas y parques algunos monumentos de gran valor histórico en nuestra ciudad de Mérida, ante la complacencia y tolerancia de las autoridades policíacas del municipio emeritense y del estado de Yucatán.
Viene a nuestra mente hechos gamberroides de mujeres que protestaban el ocho de marzo en el Paseo de Montejo y calles aledañas, en el Día Internacional de la Mujer, que sinceramente no fueron de ninguna manera manifestaciones pacíficas, pues sus pancartas y carteles fueron condimentadas con vulgaridades y palabras altisonantes hacia los hombres, de los cuales dijeron horrores, y si a eso agregamos que en ese desfile de nacadas e insultos se utilizaron muñecos con los penes cercenados ensangrentados, con vociferaciones que decían..…no me interesan sus penes, obviamente con obscenidades…
Como consecuencia de esa manifestación fueron dañados con pinturas acrílicas y en aerosol los monumentos de nuestra icónica avenida, principalmente el monumento a la patria, también conocido como monumento a la bandera, además de los de Justo Sierra, Felipe Carrillo Puerto y el más reciente construido de Francisco de Montejo, que en ningún momento fueron protegidos por la policía estatal, y las marchistas agredieron verbalmente a los paseantes extranjeros, sobre todo a la altura del Banco de México, cuando varios turistas varones europeos que estaban paseando con sus parejas, recibieron figuras de mujeres violadas en alusión a la protesta, así como testículos de toro y cerdo, con mensajes de que eran hombres que habían sido capados.
La pregunta es la que se hacen muchos ciudadanos de nuestra Blanca Mérida, ¿dónde estaba la policía? ¿A qué o a quiénes le tienen miedo? ¿Por qué no aplican un protocolo de protección? Surgen varias respuestas que son conclusiones que sacan las personas, ante el mutis de las autoridades estatales y municipales. Los ciudadanos dicen que las autoridades policíacas no están capacitadas para imponer el orden de dichas marchas y más cuando antes no existían este tipo de manifestaciones en nuestro estado. Otro grupo se inclina hacia el miedo de los panistas de perder votos y lo más fácil es ver los toros desde la barrera y luego reparar los daños, siempre y cuando no tenga injerencia el INAH, que sigue dando muestras de completa incapacidad.
Otro símbolo dañado fue el monumento a la madre, a un costado del teatro Peón Contreras hace algunos meses del segundo semestre del año, precisamente el doce de octubre, día en que celebraron los 91 años de tan excelsa donación, un exquisito monumento de mármol de carrara, donado por la Liga de Acción Social en 1928 para honrar el hermoso arte de la maternidad, el cual fue grafitado y lacerado por mujeres abortistas, no sin antes incendiar y destruir las letras con el nombre de Mérida en la plaza principal, ninguna de las corporaciones policíacas tuvo acciones de prevención, el motivo es no quedar en evidencia de represión en contra de los vándalos y gamberras, con el afán de conservar o adherir a futuros votantes, según opinan diversas agrupaciones artísticas de nuestra comunidad.
Si la Secretaría de Protección y Vialidad que comanda Luis Felipe Saidén Ojeda ha dado resultados en sus acciones de manera general, como es posible que no hiciera algo para evitar daños patrimoniales a la cultura arquitectónica de Yucatán? Lo más seguro fueron las instrucciones del gobernador Mauricio Vila y dejó a Saidén atado de pies y manos, cuando todo el mundo sabe de la capacidad del secretario, y en caso de la Policía Municipal, el ingeniero Mario Romero Escalante Jefe de la Policía Municipal, la verdad está muy verde y más aún, que ya tiene varios años al frente de dicha corporación; Todo se deduce de que sigue instrucciones del Alcalde meridano, porque una simple actividad policial para prevenir disturbios y daños patrimoniales, no es cosa de otro mundo, ni del FBI, INTERPOL o SCOTLAND YARD.
Nota aparte, se ve la desidia del INAH, que no da solución, ni permiso para restaurar los monumentos afectados en dichas manifestaciones, que violan los preceptos constitucionales de manifestación pacífica, ordenada, cosas muy alejadas de la realidad. El INAH solo protege sus intereses y los de los malos ciudadanos que con fuertes cantidades de dinero sobornan para que les aprueben sus obras, pero están muy lejos los funcionarios del instituto de proteger los monumentos históricos de México y en especial de Yucatán. Colofón ni prevención de los cuerpos policiales, ni resultados de restauración del multi mencionado INAH y nuestras calles, monumentos y edificios como el Palacio de Gobierno siguen grafiteados, dando una pobre imagen para propios y el turismo nacional e internacional.
