Por: Marco A. Cortez Navarrete.
Llama mi atención que algunos medios de comunicación estén haciendo ya sus “pronósticos” de cómo se fraguarán las alianzas políticas con miras al proceso electoral de 2024 en Yucatán.
Lo curioso del caso es que “aseguran” que el fiel de la balanza será el PRI y no precisamente porque tenga una legión de seguidores como antaño sino más bien porque los pocos qué hay podrían —aseguran— inclinar la balanza y darle la vuelta al resultado para elegir a los próximos gobernantes.
Para este fin dicen quienes serían las y los candidatos, dependiendo de quién compita por la presidencia vistiendo el color de moda. “Si es Sheinbaum sería tal, o si es Ebrard aquel…si es López Hernández, fulanito o sotanito. En fin pareciera que tienen en sus manos una bola de cristal o que su ángel de la guarda ya les susurró al oído quien será la o el bueno.
Con lo anterior apuestan de manera clara a una alianza de lo que queda del PRI con Morena y aíslan o dejan de lado al PAN y a su más fuerte aspirante, Renán Barrera Concha, actual presidente municipal de Mérida y al que, incluso, ya le armaron una sutil campaña buscando bajen sus bonos que lo ubican a la cabeza de toda encuesta.
Renán Barrera no es perfecto, pero ha demostrado su lealtad y sus sólidas convicciones —algo que hoy ya no existe en política— dejando en claro que competirá ondeando la bandera blanquiazul. Por otra parte, a quienes se menciona por la citada alianza —dicho con todo respeto—, ya mostraron cuáles son sus verdaderos intereses y sobre todo se han olvidado del significado de “convicción” algo que, debo reconocer tiene el presidente López Obrador quien ha ratificado una y otra vez su ideología de izquierda.
Otra cosa es que lo haga bien o mal o que confunda su pensamiento con una actitud y comportamiento populista. El tema central es que tiene convicciones, algo que muchos priistas, perredistas e incluso algunos panistas borraron el término de su diccionario.
Hasta la próxima
