Especial / La Revista
Que
duro debe ser estar en Morena, sentirse con derecho a
ocupar un espacio político y hasta obtener un cargo medio remunerado y luego ver llegar con calzador a
los priístas de peor fama —y hasta “panistas” ídem— , que ocuparán las mejores
curules y hasta tomarán posesión del presupuesto.
Los morenistas de cepa andan caídos y sobretodo,
pertrechados porque en cualquier momento los agreden sin ton ni son y hasta los
panfletean. El mayor blanco es Joaquín Díaz Mena, el ahora sí súper delegado
del Bienestar quien ahora si tiene los hilos tomados con las manos y hasta le
han otorgado poder de decisión. Se supone que él será el candidato a gobernador
pero sus malquerientes ya andan empujando a don Liborio Vidal, quien de manera
imprudente ya escuchó el canto de las sirenas y hasta se creyó que él puede ser
el abanderado del PRIMor.
Siguen las giras inútiles y los viajes que solo los
políticos se creen, mientras en el patio los desbaratan y se desprestigian
precisamente por largarse con enorme séquito pagado de los impuestos, para
hacer gestiones que no cristalizan y firmar “acuerdos bilaterales” de
escritorio que no reportan beneficio alguno.
Consejo
gratuito: Dejen de perder el tiempo en tonterías que solo ustedes
creen; quedan pocos meses para los destapes y el peje hará la campaña hasta de
los peores candidatos locales y los puede hacer ganar, sean quienes sean. Ojo.
Los
meridanos no queremos experimentos como la ciudad de La Paz
ni tampoco retroceder. Ya nos pasó una mala experiencia, y eso fue porque
creyeron que tenían a la sociedad atendida y satisfecha. Nada más falso.
Queda claro que terminando este sexenio, algunos van a
tener que solicitar otro pasaporte porque ya no les alcanzan las hojas para más
sellos. Eso sí, les van a sobrar los puntos y las millas para seguir viajando
gratis.
En
el caso de Mérida, la marcha del 8 de marzo solo puede ser
contenida por la policía estatal de Luis Saidén en cuya jurisdicción están los
monumentos de Justo Sierra y Felipe Carrillo, además del Monumento a la Bandera
que fueron dañados por las personas que creen que de ese modo se hacen
visibles.
Esa mala idea de destruir bienes públicos o privados
para hacerse notar, en realidad funciona al revés porque la mayoría de la
sociedad las desprecia por cometer ese vandalismo incluso protegido y elogiado
por personas seudointelectuales que, paradójicamente, son beneficiarias del
sistema de gobierno, contra el cual están las que destruyen los bienes públicos.
Trascendió
que previo a la concentración del Monumento a la Patria en Mérida,
una orden salió desde el cuarto piso, allá por el Centro de Convenciones Siglo
XXI, para que de manera tajante no asistiera ningún funcionario del gobierno
del Estado por el temor a que los medios lo identifiquen y eso llegue a los
ojos del presidente López Obrador.
En
el Ayuntamiento meridano al revés, parece que no tuvieron
temor al peje y fue posible ver ni más ni menos que a don Julio Sauma Castillo,
secretario de Participación Ciudadana, así como a la diputada Karla Salazar, a
la postre madre de los niños del presidente del PAN, Asís Cano, así como a una
docena más de ex prominentes y veteranos priístas cuyos nombres nos abreviamos
por falta de espacio.
Deberían
seguir en Mérida el ejemplo de Palacio Nacional
donde vive el presidente, que ya fue forrado con gruesas láminas de acero para
intentar impedir que las llamadas “feminazis” (como les llaman en la mayoría de
los medios y en los comentarios de la gente en redes, no nosotros) destruyan el
patrimonio de todos los mexicanos, además de dañar con martillos, lanzallamas y
petardos todo el mobiliario público que se topen a su paso.
El
Plan B entró en vigor y con eso comenzó el desmantelamiento del INE
con el despido del director ejecutivo y la salida de miles de personas que ahí
laboraban. Lamentable decisión del presidente la de destruir al INE porque solo
enrarece el clima social de nuestro país.
¿Hasta cuándo le funcionará a López Obrador su
estrategia de dividir a los mexicanos?
Ha
comenzado el distanciamiento de los medios de comunicación con las autoridades que
decidieron romper los convenios de publicidad con muchos de ellos, de tal
manera que se cumple el propósito presidencial de causar problemas a los gobernadores
y desde luego al PAN. Ni ven pasar esta clase de problemas los panistas. Pero
lo peor, aunque lo vean, prefieren someterse al mandatario.
En
la llamada redistritación que se hizo en Mérida,
dicen que el Partido Acción Nacional tarde se dio cuenta de la tranquiza que le
puso un ex consejero del Iepac ahora dedicado a boicotear obras municipales y
azuzar vecinos, quien literalmente les restó casillas ganadoras y las mandó a
los requintos infiernos para desalentar a los electores que no se enteraron de
ese cambio y que quizá no acepten irse a votar a otra casilla reubicada. Ni la
vieron pasar comenta un veterano reportero que sí vio pasar toda la estrategia
en la frente de todos, menos de los azules.
Por
cierto, como el antiguo operador de temas electorales está ocupado ganando
dinero, los de la calle 58 no tienen a ningún estratega
preparado para atender los asuntos del patio, que es por donde les pueden
literalmente, ganar la elección.
Siguen
señalando al señor Torres como el principal artífice de que el amigo Libo se
quiera salir del redil y ahora esté vuelto un dolor de
hue…sos para el PAN. Antes lo hizo con Paz y pues ahora la operación del
asesor estrella puede terminar igual, con saldo favor para Morena. ¿De qué se
trata?
Doña
Dulce Sauri y Doña Ana Rosa Payán se vieron muy activas saludando
a mucha gente en la concentración del Paseo de Montejo en favor del INE, al
grado que hicieron revivir las esperanzas en volver a verlas activas pero en
Mérida, cosa que sin duda ya no volverá a ocurrir, en especial porque hoy los
votantes jóvenes no saben quiénes son y cuáles son sus virtudes o sus defectos.
Ese es el problema de las nuevas generaciones que no saben sobre qué suelo
pisan.
¡SALUD!
