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Marco Cortez Navarrete
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Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.

Como si hubiesen sido tocados por la varilla de un mago o de una hada madrina, las corcholatas del presidente Andrés Manuel López Obrador se transformaron en auténticos caballos de carreras, pura sangre, dirían. La razón: obtener la candidatura de su partido, Morena, para competir en las elecciones por la Presidencia de México, hoy en manos del “peje”, pero no “lagarto”, como el mismo dice.

La consentida, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la capital del país, luce no confiada sino segura de que será la ungida por el líder moral y político de la 4T —aún argumente serán las simpatías del pueblo bueno y sabio las que decidan—. La doctora en ingeniería ambiental con orígenes judíos, ha sido leal a AMLO desde hace muchos años y jura y perjura dará puntual continuidad a la política de “primero los pobres”y a los “programas del bienestar”. No obstante, aún no ha dicho si también continuará pulverizando las instituciones creadas por “el imperio neoliberal”, así como en la Guerra de las Galaxias.

Marcelo Ebrard Casaubon, el segundo en el orden de cariño, también presume ser leal del tabasqueño y agrega que “de toda la vida”. La verdad es que con algunos conflictos de AMLO con varios países y gobernados por “machuchones”, Marcelo ha trabajado a ritmos acelerados pero marcando —en todo momento— su estilo muy distinto al hombre de Macuspana.

Una cosa es clara, las diferencias políticas entre Claudia y Marcelo, como es lógico, dado el tamaño del pastel, comienzan a ser cada vez más abiertas y nítidas como sucede de igual forma con el “compa” de AMLO, me refiero al secretario de gobernación, Adán A. López Hernández que también suspira y respira pero que, considero, con todo respeto, es solo una alfil en el tablero de su paisano.

Don Adán A. López Hernández juega un papel específico para los intereses políticos de AMLO quien se lo trajo de la tierra del peje lagarto para cuidarle su espalda. Nada más. El señor —con todo respeto, reitero— aún deseando, no pinta para la grande.

A su vez, Ricardo Monreal, líder de la JUCOPO en el senado de la República, ya limó asperezas con AMLO. El zacatecano se ha mostrado a veces leal y en otras inestable y titubeante, aunque ya dijo que su misión es apoyar a AMLO aunque se quede sin nada.

Finalmente está el diputado Gerardo Fernandez Noroña, una persona muy inteligente y preparada, pero con el problema de ser, ya no digamos de izquierda o comunista, sino una especie de fundamentalista en exceso.

Y pues tengo que hablar de la oposición (PAN, PRI, PRD, MC y los que se acumulen la próxima semana) creo que, con excepción de Mauricio Vila —la neta, y no cobro en el gobierno— no hay nada nuevo en el panorama. ¿Lilly Téllez, Santiago Creel, Enrique de la Madrid?…la neta es que en los años del gobierno de AMLO en lugar de construir una nueva, auténtica y sólida opción, se la han pasado critique y critique todos los días de cada uno de los años de este gobierno.

Observo que Mauricio Vila, gobernador de Yucatán, se ha mostrado ya en varias ocasiones junto a un viejo lobo de mar, Santiago Creel Miranda, que ha navegado muchos años en los océanos de la política. Está clara la propuesta del gobernador yucateco: “trabajar en equipo” buscando —como los rompecabezas— rearmar la geografía del país.

Y me pregunto ¿quién beneficia a quien?, Vila a Creel o al revés. No se. Ahora de que el yucateco quiere, no hay duda. Es como levantarte un domingo y no comer cochinita o chicharrón. Cada día qué pasa, sin descuidar su trabajo en suelo yucateco, Vila se ausenta cada vez más tiempo del estado y es normal, no se asusten, para eso tiene gabinete.

El gobernador ha dicho mil veces que “por el bien de todos hay que trabajar juntos” y no niega la coordinación con el presidente y tiene razón . Pero el presidente es el presidente y con su poder político podría influir en el futuro del empresario-político y gobernador Mauricio, ya sea para ser el candidato de la oposición , secretario de estado, embajador en el extranjero, y mil cargos más.

Y llegamos al ámbito local donde todos nos preguntamos quién podría ser el próximo gobernador del estado. La lógica política indica que la silla le correspondería a Renán Barrera Concha, de eso no hay duda, el tema es que en política —recordemos— no hay nada escrito. Por su parte los hoy nuevos morenistas del patio que sueñan también con llegar al palacio de la 61 con 60 están en plena campaña, no hay que ser doctor en ciencias políticas o en periodismo para darse cuenta.

Al igual que Renán hay políticos con colmillo y además camaleónicos que sueñan con lo mismo y que sutilmente utilizan sus cargos para proyectarse o de plano ya pusieron en marcha pulidas maquinarias de marketing político. ¿Tendrán permiso del jefe? ¿O lo hacen por sus pistolas? ¿Usted que opina?

Hasta la próxima

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