Especial / La Revista
Por: Federico Berrueto.
En un ambiente muy
anticipado rumbo al proceso de sucesión presidencial del 2024, las mal llamadas
“corcholatas” ya están haciendo cada una lo que quiere, hasta se podría pensar
que el presidente les dio manga ancha para que salgan por todo el país a hacer campaña,
sin embargo, hay uno que, haciendo muecas anda en el estira y afloja dentro de
este movimiento…
Al respecto, Federico
Berrueto, analista político y colaborador de LA REVISTA PENINSULAR comenta: “Lo
que sucedió, es que el presidente, en este 27 de abril pasado, cuando reúne a
los senadores y también a los cuatro aspirantes, les dice que los tiempos se
van a reducir y que en agosto ya habrá el nombre de la candidata o candidato.
¿Qué quiere decir
ésto? Pues que todos tienen la necesidad de acelerar su proselitismo porque les
acercaron la fecha cuatro o cinco meses, entonces se trata de una situación que
el presidente mismo propició.
“Es inevitable que en
una contienda haya competencia y hasta se piquen los ojos y etcétera, etcétera.
Pero, en este caso, Ebrard tiene una condición particular, él siente que le
cedió lea candidatura al ahora presidente en algún tiempo anterior, pero en la
política no existe eso, no hay una taquilla dónde cobrar eso.
Siento que Ebrard
tiene esa idea que no es muy diferente a la que tenía su mentor que fue Manuel
Camacho Solís respecto a Carlos Salinas, recordemos ese periodo”.
Sin duda, se repite
la historia, pero qué es lo que queda claro… Que el presidente tiene un plan A
y un plan B; el Plan A es Claudia y el Plan B es Adán Augusto.
Y en ese sentido, sencillamente,
no hay espacio para Marcelo Ebrard y Ebrard lo sabe, por eso ahora está
estirando la liga, ¿con qué propósito? Algunos dicen que para presionar y
eventualmente construir su candidatura con la oposición, apunta.
“Para la oposición
sería un regalazazo que pudieran tener un candidato a la altura de Ebrard,
difícilmente creo que Ebrard vaya a dar el paso hacia esa posibilidad, sin
embargo, lo que no me queda claro es, a qué aspira Ebrard si no se le da el
proyecto de la candidatura presidencial”.
No obstante, hay que
decir que, a pesar de que no hay espacio para él, si lo hay para la gente de él,
ya que como cualquiera de los prospectos tiene una serie de adherentes que
irían en la polla o en el reparto, pero aun así lo que no queda claro cuál es el
destino de Ebrard si no tiene la candidatura presidencial, puntualizó.
Y –continúa-, como
tal tampoco es un político fácil, a diferencia de Adán Augusto que si no es el
candidato, sí podría ser un excelente colaborador de Claudia Sheimbaum, en el
caso de que Claudia ganara; en el caso de Marcelo Ebrard, no se ve esa
situación.
“Al parecer, Ebrard
se siente por encima de Claudia y de Adán Augusto, y eso es absolutamente
cierto, Marcelo es soberbio y eso sobra advertirlo, y eso hace muy incómodo su
futuro, como lo hacía también el de Manuel Camacho”.
