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Banco de gobierno

José Francisco Lopez Vargas
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Claroscuro, por: Francisco López Vargas. 

El Presidente Andrés Manuel López
Obrador insistió en que su Gobierno sí puede comprar Banamex, publica
Reforma.

En la mañanera, López Obrador afirmó que no
descarta la posibilidad de comprar el banco y que tienen recursos para hacerlo.

“No descartamos la posibilidad”, indicó.

“Nosotros sí necesitamos un banco y era una
oportunidad, es una oportunidad”.

AMLO se puso a hacer cuentas para justificar que sí
pueden adquirir Banamex.

“Lo del banco sí se puede, voy a hablar con el
Secretario de Hacienda para que se vea, porque podríamos hacerlo. ¿Cuánto son 3
mil millones de dólares? 60 mil millones, ahora un poco menos porque está (el
dólar) en 19, digo en 18, pero bueno, 60 mil”, afirmó.

“¿Saben cuánto tenemos de margen nada más en
deuda que podríamos contratar para quedar como el endeudamiento que hizo
Calderón o Peña Nieto? Tres puntos abajo estamos del Producto (PIB), ¿cuánto es
un punto del Producto? 300 mil millones, tres puntos son 900 mil millones de
pesos, tenemos todavía, 900 mil para 60 mil”.

“O sea, sí tenemos, sí tenemos, no es para
presumir pero están fuertes las finanzas públicas”, presumió.

Y hasta se saboreó que con el nuevo banco tendría
manejo de nóminas.

“Entonces un banco del Gobierno imagínense el
manejo de todas las nóminas entonces sí es de utilidad”, indicó.

El presidente, como narra la nota de Reforma, se
exhibe así mismo: su gobierno es muy rico, al extremo de poder comprar un
banco, y no cualquier banco.

El gobierno que ofreció que no sería rico mientras
haya pobres, dejó claro que primero está el interés de su gobierno y después el
de los ciudadanos. Lo dice bien The Wall Street Journal: si quiere lo tuyo,
sólo tiene que justificar el por qué te lo quita, sin importar cuánto te haya
costado, y menos cuánto vaya a pagarte por ello: es suyo porque así lo decidió.

¿Se explica usted por qué entonces en México se vive
una situación precaria, de austeridad franciscana y se despide a burócratas, se
limita el gasto, se realizan subejercicio para que haya ahorro y se puedan
pagar pensiones y becas? Simple: necesita dinero para poder comprar electores,
así de sencillo.

Andrés Manuel no parece importarle que el Fobraproa
-ese que aprobó el diputado presidente del Congreso siendo priista Ignacio
Mier- sea la consecuencia de un pecado de origen: la nacionalización de la
banca como justificación del despilfarro de López Portillo.

La alusión que hace el presidente al querer meter a su
gobierno como empresario exhibe que gobierna a golpes de ocurrencias:
desapareció el Seguro Popular sin tener opción para sustituirlo; canceló un
aeropuerto para hacer otro mucho menor que no satisfizo la urgencia de
descongestionar el Benito Juárez; hizo el tren maya sin un proyecto ejecutivo
que le diera certeza a la obra; y ahora por su transítsmico dinamita la venta
de un banco que, también se le ocurrió, él podría comprar porque, de nuevo se
exhibió, le sobra dinero al gobierno.

¿Y el austericidio? ¿Cómo justifica el no haber
apoyado a los micro empresarios en tiempos de pandemia?, ¿Cómo se justifica la
reducción mortal al sector salud? ¿Cómo se justifica no darle mantenimiento a
Pemex o a las carreteras que colapsan?

Este gobierno ya terminó. El presidente tiene prisa
por ganar las elecciones, por lograr que su proyecto se mantenga aunque al país
le cueste la demolición de instituciones y de una democracia frágil e
imperfecta ganada con base en el empuje de una sociedad harta de gobiernos
atrabiliarios y mediocres.

Lo que ya padecimos en los gobiernos de Echeverría y
López Portillo pareciera repetirse como una comedia trágica en un sexenio de
muerte: más de 85 asesinatos diarios, más de 11 feminicidios diarios, más dice
700 mil decesos por la pandemia, más de 800 mil muertos por falta de
tratamientos y medicamentos, 3,500 niños muertos abandonados por el gobierno
que no previó medicamentos para tratar el cáncer. Más de 15 millones de
personas sin atención médica y los que la tienen no encuentran las medicinas
para sus tratamientos. Despreciar los temas de salud es privilegiar los temas
de muerte.

López Obrador no tiene cabeza para otra cosa: sólo
para lo electoral y su obsesión de cambiar el régimen a su proyecto estatista
del que él es el único beneficiario y si para ello tiene que cometer
atropellos, violaciones constitucionales y delitos, lo hará porque “para eso es
el presidente”.

José Francisco Lopez Vargas
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