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Más niños trabajan hoy que en 2019 ¿Se olvidó de ellos la 4T?

Eduardo Ruíz-Healy
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Por: Eduardo Ruíz-Healy

 

El INEGI difundió ayer su Encuesta Nacional de Trabajo
Infantil (ENTI) 2022 y los datos que contiene muestra que la 4T no ha sido
amable con 3.7 millones de niñas, niños
y adolescentes de 5 a 17 años que en 2022 realizaban trabajo infantil, definido
este por el propio INEGI “como la participación de las niñas, niños y adolescentes
en formas de trabajo prohibidas que, de acuerdo con la legislación nacional así
como los convenios y recomendaciones internacionales, se refiere a la
participación de personas de 5 a 17 años que durante un periodo de referencia
determinado participaron en el mercado laboral en sectores de actividad
peligrosa, empleados por debajo de la edad mínima y ocupados en servicios
domésticos no remunerados de carácter peligroso, por realizarse en horarios
prolongados y/o en situaciones de exposición a riesgos”.

 

De 2019 a 2022 la tasa de trabajo infantil aumentó 1.7%, lo
que significa que un alto número de niños trabaja en lugar de ir a la escuela o
disfrutando su infancia.

 

2.1 millones trabajan en actividades económicas no
permitidas, cifra similar a 2019. Este
número incluye a los que no tienen la edad mínima legal para trabajar (15 años)
o los que realizan ocupaciones peligrosas (hasta 17 años).

 

El trabajo infantil no es homogéneo y presenta notables
disparidades. La encuesta hace evidente la desigualdad de género y las cifras
muestran que las niñas enfrentan una mayor propensión a estar involucradas en
trabajos domésticos bajo condiciones adversas en comparación con los niños.
Pero, más allá de las actividades domésticas, es sumamente alarmante constatar
que el 92.5% de los niños que desempeñan ocupaciones no permitidas están
incursionando en actividades que se categorizan como peligrosas, exponiéndose a
riesgos que amenazan su integridad física y su salud.

 

El aumento del trabajo infantil en México amenaza el
desarrollo socioeconómico del país porque, cuando un niño trabaja, disminuyen
sus probabilidades de recibir una educación adecuada, reduce sus oportunidades
a largo plazo, lo de alguna manera afecta el futuro crecimiento económico del
país.

 

Los niños y niñas que trabajan están expuestos a entornos
inapropiados que los ponen en riesgo de sufrir accidentes o estar expuestos a
sustancias nocivas y a no tener un buen desarrollo psicológico. Las exigencias del trabajo, aunado a la
carencia de espacios recreativos y educativos, propician trastornos mentales
como ansiedad o depresión. Además, las niñas dedicadas al trabajo doméstico
perpetúan estereotipos y roles de género tradicionales.

 

El análisis detallado de los datos sobre el trabajo infantil
en México que nos proporciona el ENTI 2022 subraya la urgencia de abordar y
erradicar este problema. Los esfuerzos gubernamentales en las últimas décadas
han sido insuficientes porque el problema no solo persiste, sino que ha se ha
agravado en los últimos años.

 

Se requieren soluciones integradas y multisectoriales para
asegurar un futuro más prometedor para la infancia mexicana y, por extensión,
para el país.

 

¿Qué soluciones para este problema presentarán las
candidatas a la presidencia de la república y los miles de hombres y mujeres
que busquen ganar una gubernatura o presidencia municipal en junio de 2024?
Recuerda: Faltan 360 días para que concluya el gobierno de AMLO.

 

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