El médico legista comprueba en prolongada sesión evidencias que la defensa no pudo desvalorar
El juicio oral por el artero asesinato del doctor Felipe Triay Peniche, del que se acusa a los psiquiatras Enrique Lara González y Pablo Santos García Gutiérrez, de nueva cuenta se prolongó durante varias horas, y la comparecencia principal fue la del doctor Salvador Ruiz, perito médico forense de la Fiscalía General del Estado,
La de este viernes fue continuación de la diligencia del día 7 pasado. En esa ocasión, la defensa de los inculpados Lara González y García Gutiérrez dejaron aparentemente en entredicho la credibilidad del galeno, cuando al ponerle a la vista un embalaje, éste afirmó que contenía su firma, pero no era así, la rúbrica no estaba, por lo que los defensores concluyeron que con esto se había roto la cadena de custodia.
Esta mañana fue desmentida la conclusión de la defensa, pues el forense manifestó que terminada aquella audiencia solicitó a través de un oficio al director de la Bodega de Evidencias de la Fiscalía, información de lo ocurrido con el embalaje primigenio, y el funcionario de Evidencias le respondió que debido a la mala condición en la que se encontraba el embalaje y con el objeto de seguir conservando la evidencia, éste fue sustituido.
Además, el informe de referencia indica que dicho embalaje original estaba reembalado y también bajo resguardo de la propia Bodega de Evidencias, por lo que en ese acto, los Fiscales solicitaron un receso de diez minutos para corroborar esa información en la citada Bodega y en cuestión de minutos, el embalaje cuestionado se presentó en la audiencia, con lo que se corroboró el dicho y credibilidad del médico ya que, en efecto, en el embalaje primigenio estaba impresa su firma.
Ante esa situación, la defensa de García Gutiérrez pretendió desvalorar la evidencia, pero poco pudo hacer con sus preguntas repetitivas. No ocurrió lo mismo con la defensa de Lara González que ni siquiera se atrevió a cuestionar al perito médico, que de esa manera dejó en claro su actuar y su profesionalismo.
En ésta misma audiencia se pusieron a la vista de las parte y del propio Tribunal uno a uno los objetos que fueron encontrados en las cajas donde estaba embalado el cuerpo sin vida del doctor Triay Peniche, entre los que destacan hilos de “rafia”, cinta industrial de color gris, varios guantes de látex, una camisa de cuadros, un pantalón con cortes irregulares a la altura de las piernas, un cinturón de piel que se aprecia cortado en uno de sus extremos y que era con el que se amarró el cuerpo envuelto con una sábana a cuadros, la credencial de elector y huellas dactilares que a la postre fueron identificadas como huellas de Lara González, entre otros.
Cabe resaltar que en audiencia anterior, en las fotografías y evidencias presentadas por la Fiscalía relativas a una diligencia de cateo en una habitación del predio de la calle 22 con 25 que ocupaba el acusado García Gutiérrez en la García Ginerés, se pudieron observar indicios asociativos con los que se encontraron con el cuerpo, es decir, evidencias que asocian el lugar cateado con los que tenían las cajas que contenían el cuerpo, ya que en dicho lugar también se encontraron cintas industriales, bolsas de plástico negro, los equipos nuevos Zmart Tech, el otro extremo del cinturón de piel con el que envolvieron el cuerpo, y la cama carecía de su colcha, misma que también en audiencia pasada fue reconocida plenamente por la testigo Lía Herrera Albertos como la que ella misma colocó sobre la cama de la habitación de García Gutiérrez.