Henry, el amigo de infancia, se negó al contrainterrogatorio a la hermana del asesinado, “para no causarle más consternación”
Al continuar este lunes el juicio que se les sigue en el Juzgado Segundo de Oralidad a los inculpados Enrique Lara González y Pablo Santos García Gutiérrez, por el homicidio del Dr. Felipe Triay Peniche, compareció la señora María Argentina Triay Peniche, quien identificó plenamente a través de un video a Lara González cuando este entraba al estacionamiento del Centro de Especialidades Médicas de esta Ciudad, a recoger la camioneta negra Nissan, Rogue, propiedad del galeno asesinado.
Durante su relato, la señora Argentina Triay explicó a los jueces con lujo de detalles que su familia conocía a la familia de Lara González de toda la vida, ya que las madres de ambos se hicieron amigas desde jóvenes, ambas aun solteras, y mantuvieron esa amistad con el paso de los años, amistad que se extendió entre ella, su hermano Felipe y “Henry” como le llaman sus tías, primos y sobrinos.
Aseguró que es falsa la aseveración de Karla Vivas Vázquez, esposa de Lara González, en el sentido que su marido únicamente tenía una relación laboral con el doctor Triay, ya que ella solía acompañar a Lara González a fiestas y reuniones familiares, e incluso se acompañaban mutuamente en sepelios cuando fallecía algún miembro de las dos familias, como cuando murió trágicamente el papa de Lara en un accidente automovilístico.
“En ocasiones Lara iba a comer a mi casa en compañía de mi hermano”, manifestó categórica la compareciente.
Recordó que su hermano Felipe le señaló que en caso de que tuviera alguna necesidad cuando éste estuviera fuera de la ciudad, podría recurrir con toda la confianza a Lara González solicitándole su ayuda, ya que para el Dr. Triay, “Larita” como le llamaba, era de toda su confianza. Por eso el 18 de agosto de 2014, cuando no tenía noticias de su hermano, envió un mensaje a Lara González, quien le respondió que nada sabía de él. Al día siguiente, martes 19, Lara la busco para preguntarle si ya se sabía algo de la desaparición del Dr. Triay, como quedó constancia ante los jueces a quienes se mostró la plática de referencia a través de whatsApp.
La señora Argentina dijo además que para su mamá, “Henry” era considerado un hijo más, y que ella lo conocía de toda la vida, por lo que no tuvo problema alguno en reconocerlo en el video que le fue puesto a la vista, señalando que en el mismo se aprecia, que a pesar de que eran las 10:45 de la noche, Lara González utilizaba anteojos obscuros, señalamiento que motivo al Tribunal acercarse de manera personal hasta donde emitía su testimonio la señora Triay Peniche, para constatar que efectivamente lo dicho por ella fuera apreciado en el video, situación de la que pudieron cerciorarse personalmente.
En el espacio para el contrainterrogatorio a que tiene derecho, la defensa de Enrique Lara manifestó a los miembros del Tribunal que era el deseo del inculpado que no se le realizara pregunta alguna, ya que éste “no quería causarle mayor consternación a la testigo”. El Tribunal preguntó al inculpado y éste confirmó lo dicho por sus defensores, ante la sorpresa en los presentes, ya que con este acto, se dejó constancia que todo lo dicho y manifestado por la testigo era verdad.
En la misma audiencia compareció la perito Aglae Corona Soto, quien habló de los indicios encontrados en el cateo del vehículo Nissan, Xtrail, rojo, asegurado al inculpado Enrique Lara González, en el que encontraron un cuchillo envuelto en servilletas y con manchas aparentes de sangre que fue localizado en la cajuela del vehículo, así como un reloj de acero inoxidable, color plata, marca Mido, y una chequera del banco HSBC con un talonario y un cheque en blanco y sin usar, a nombre de Felipe de Jesús Triay Peniche, estos dos últimos objetos encontrados debajo del asiento del conductor.