28 de
julio de 2016, Roma – A tan sólo unas semanas de iniciar a preparar la
tierra para la próxima temporada agrícola, unos 23 millones de personas en
África austral necesitan con urgencia ayuda para producir alimentos suficientes
y evitar por tanto depender de la ayuda humanitaria hasta mediados de 2018,
según advirtió hoy la FAO.
Un plan de
respuesta preparado por la FAO tiene como objetivo garantizar que se
provee a los pequeños campesinos, pastores y grupos agropastoralistas de
semillas, fertilizante, aperos y otros insumos y servicios -incluyendo apoyo a
la ganadería- para hacer frente a los efectos devastadores en la región de la
sequía provocada por El Niño.
Se necesitan
al menos 109 millones de dólares EEUU para proporcionar este apoyo con
urgencia.
Los
agricultores deberían ser capaces de plantar antes de octubre y de no hacerlo,
habrá otra cosecha reducida en marzo de 2017, lo que afectará gravemente a la
seguridad alimentaria y nutricional y a los medios de subsistencia en la
región, según la FAO.
La peor
sequía en 35 años
Dos
temporadas consecutivas de sequía -incluyendo la peor en 35 años que se ha
vivido en 2016- han golpeado con especial fuerza a las familias vulnerables de
las zonas rurales, haciendo subir los precios del maíz y otros alimentos
básicos.
Como
resultado, se espera que casi 40 millones de personas en la región se enfrenten
a la inseguridad alimentaria en el punto álgido de la próxima temporada de
carestía, a principios de 2017. Todos los países de África austral se ven
afectados.
“Los
altos niveles de desempleo y el estancamiento económico significan que la
principal forma que tiene la gente de acceder a alimentos es a través de los
que ellos mismos producen. Ayudarles a ello es vital en una región en la que al
menos el 70 por ciento de las personas dependen de la agricultura para su
sustento”, aseguró David Phiri, Coordinador Subregional de la FAO para
África austral.
“Debemos
aprovechar al máximo –añadió- esta pequeña ventana de oportunidad y asegurarnos
que los campesinos están preparados para plantar de aquí a octubre, cuando
comiencen las lluvias”.
El plan de
respuesta de la FAO comprende 10 países – Lesotho, Madagascar, Malawi,
Mozambique, Namibia, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe – que
solicitaron asistencia específica.
Responder a
El Niño, prepararse para la Niña
El
impacto de El Niño se sigue haciendo notar, y se espera que los efectos de la
sequía lleguen a su nivel máximo durante la temporada de carestía, entre enero
y marzo de 2017, según la FAO.
Las malas
cosechas generalizadas han agravado la malnutrición crónica en la región. Se
señala que solo en Botswana, Swazilandia, Sudáfrica, Namibia y Zimbabwe han
muerto más de 640 000 cabezas de ganado por la sequía, que ha originado
falta de pastos y agua y brotes de enfermedades.
La FAO insta a realizar inversiones para equipar
a las comunidades con capacidad de producir semillas y forraje tolerantes a la
sequía, junto con las tecnologías
agrícolas climáticamente inteligentes como la agricultura de
conservación. El objetivo es permitir a las familias rurales aumentar su
resiliencia y prepararse ante crisis futuras.
Se espera que a
finales de este año se produzca la contraparte del fenómeno de El Niño, La
Niña, que podría traer abundantes lluvias que serían positivas para la
agricultura, pero que obligan a tomar medidas para contrarrestar el riesgo de
inundaciones que pueden destruir los cultivos en pie y amenazan a la ganadería,
haciéndola más vulnerable a las enfermedades. Entre las medidas clave figuran
reforzar los márgenes de los ríos, construir pequeñas presas para reducir las
riadas y almacenar variedades de cultivos de ciclo corto que puedan plantarse
tras la retirada de las aguas y que permitan obtener una cosecha
suficiente.
La complejidad y la
magnitud de la crisis a la que se enfrenta la región exige una estrecha
colaboración entre los organismos humanitarios, las autoridades regionales y
los gobiernos nacionales. La FAO colabora estrechamente con la Comunidad para
el Desarrollo de África Austral (SADC), así como con el Programa Mundial de
Alimentos (PMA) y otros organismos de las Naciones Unidas en el marco del Comité
Permanente Regional interorganismos (RIASCO, por sus siglas en inglés).
La petición de la FAO
para obtener más financiación se produce después del llamamiento humanitario
regional de la SADC, lanzado en Gaborone el 26 de julio de 2016 por el
Presidente de Botswana, Seretse Khama Ian Khama, que también preside la SADC.
Esta entidad evaluó el coste de ayudar a todos los sectores de la economía
regional a recuperarse de las consecuencias de El Niño en 2016 en 2 700
millones de dólares EEUU, de los cuales deben todavía encontrarse donantes para
2 400 millones.