Hoy me siento alegre y así es mi día. Me siento agradecido por esta oportunidad de hoy de compartir nuevamente algo que te podrá ser de provecho en tu vida, así como es en la mía.
¿Cuántas veces has escuchado la frase: “Si la vida te da limones, haz una limonada”? Es una creencia colectiva que cuando nos enfrentamos a situaciones adversas, o que no estén a favor de nuestras expectativas, entonces, veamos que existe algún aprendizaje al cual sacarle provecho. Esto es correcto, en toda situación adversa podemos ganar algo, siempre hay algo que ganar.
Sin embargo, preparar una limonada puede no ser tan sencillo. Es más, seguro que tú puedes preparar una excelente limonada y sin siquiera habar tomado cursos de bebidas para poderla preparar. Lo que damos por hecho y no hacemos consciencia es que la limonada debe tener un balance perfecto para que sea una excelente limonada. Y no sólo “la vida” te va a proporcionar los limones (en realidad te los generas tú mismo), también el agua, el azúcar y hasta el hielo, si deseas que sea más fresca.
Lo que requieres hacer entonces, es crear un balance perfecto entre los ingredientes. Imagínate que todo el tiempo estés recibiendo limones y estás dispuesto a preparar tu limonada. Si pones muchos limones entonces tu bebida será agria, o tal vez, amarga, astringente, tanto que hasta muecas tendrás que hacer sólo para pasar el trago. Así no la vas a disfrutar. Por otro lado, si le agregas demasiada azúcar y casi nada de limones, la limonada se volverá un jarabe demasiado espeso, que podrá ser como un jarabe tan dulce que terminarás empalagado. Tanto que no podrás disfrutar del rico sabor del limón. Lo mismo si sólo tuviera limón y azúcar, se volvería una bebida tan concentrada que no se podría beber a gusto, necesitar incluir la cantidad razonable de agua para diluir la intensidad. Es como cuando estás apurado por cumplir con tantas cosas, que vives en el estrés. Tienes que hacer una pausa de cuando en cuando para disfrutar de la vida, de poder hacer un alto y admirar todo lo que tienes alrededor. Por lo contrario, demasiada agua y poco limón y azúcar se vuelve insípida, no se puede disfrutar de los sabores de los diferentes ingredientes. Como la gente que todo le da lo mismo, no tiene capacidad de disfrutar, todo tiene sabor a agua, o sea, sin sabor. También el hielo, cuando lo incluyes se vuelve una bebida mucho más fresca y la puede disfrutar mejor, que cuando no lo incluyes.
Entonces, la vida así como la limonada se trata de lograr un balance perfecto de todos los ingredientes. No más limones, no menos. No más azúcar, no menos. No más agua, no menos. Encontrar el balance perfecto es el truco para disfrutar de una rica y fresca limonada. Pues “la vida” (o sea, tú mismo) va a estar dándote de los ingredientes para que encuentres el balance perfecto. Siempre, siempre, tendrás limones, azúcar, agua, y hasta un poco de hielo, no va a haber manera de no recibirlos, o tenerlos. Siempre tendrás momentos adversos. Pero depende de ti encontrar el balance de los ingredientes. Depende de ti, cómo mezclar los ingredientes para obtener una bebida refrescante que puedas disfrutar toda tu vida. Disfruta tu limonada… y si te gusta ¡compártela!
Tú tienes el poder de controlar tu vida… ¡Úsalo!
Luis E. Roche
Coach
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