La Revista

Fue un tropezón, no un pleito.

Guillermo Vazquez Handall
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Hace aproximadamente dos semanas que el periodista Salvador García Soto, en su columna Serpientes y Escaleras en el periódico el Universal, dio a conocer que durante una comida celebrada en la casa de gobierno del Estado de México, ofrecida por el mandatario de esa entidad, sucedió un gran escandalo.
La tertulia se llevo a cabo en Toluca hace poco mas de un mes y medio, después de efectuarse la reunión de la Conago en la que Eruviel Ávila dejaba la presidencia de ese organismo que aglutina a los gobernadores del país.
A dicha comida asistieron entre otros, alrededor de siete mandatarios estatales y un numero similar de secretarios del gabinete federal y para sorpresa de todos, porque originalmente no estaba considerada su presencia, el Presidente Enrique Peña Nieto.
Aunque la columna no lo refiere, El Presidente Peña Nieto decidió acudir de ultima hora, una vez que el Estado Mayor Presidencial, le informo que no podía retornar a la Ciudad de México en helicóptero debido al mal tiempo y que tendría que hacerlo por carretera.
En coincidencia con los apuntes de Serpientes y Escaleras, el animo de la reunión fue festivo y de franca camaradería entre quienes se dieron cita, en efecto el animo distendido provoco que para algunos de los contertulios el consumo de bebidas espirituosas rebasara el margen normal.
Según García Soto, un joven gobernador del sureste, que aunque no menciona su nombre se entiende perfectamente que se refiere a Alejandro Moreno Cárdenas de Campeche, al calor de las bebidas sostuvo una agreste discusión que termino en los golpes con un miembro del gabinete federal, del que tampoco da su nombre.
Que esto provoco que cuando su colega chiapaneco Manuel Velasco intento separarlo, lo golpeo sin querer en el forcejeo y le abrió el labio, también que como parte del mismo derribara al secretario de salud José Narro.
Sin embargo las cosas no sucedieron exactamente como García Soto las plantea, estamos en posibilidad de poder aclarar que los hechos fueron de otra forma:
Efectivamente, porque podemos confirmar con toda certeza que el protagonista del suceso y a quien se refiere la columna publicada en el Universal fue Alejandro “Alito” Moreno, y que este no se encontraba del todo bien por el consumo del tequila que se ofreció en el ágape, pero que en ningún momento sostuvo discusión o enfrentamiento alguno con nadie.
A causa de su estado, el gobernador de Chiapas, de quien se sabe públicamente es gran amigo del gobernador de Campeche, intento sostenerlo para ayudarlo, pero tropezaron accidentalmente en la maniobra y como se dice coloquialmente de paso se llevaron de corbata al secretario de salud, quien ciertamente termino en el suelo a causa del empellón, que en absoluto fue deliberado. No hubo pues un pleito, ni agresiones, los golpes fueron a causa del tropezón.
Visto así, independientemente del desafortunado acontecimiento que además de ser anecdótico no supone ningún tipo de efecto posterior para los involucrados, en todo caso solo el muy mal momento pasajero para el gobernador de Campeche, el asunto no deja de ser solo eso, un lapso negativo.
Por lo que, no queda mas que sospechar o que la información que le fue brindada al periodista no fue precisa, la correcta, o que en todo caso la narración fue tergiversada intencionalmente con dolo, esto derivado de algún interés por exhibir y con ello intentar perjudicar al joven mandatario campechano.
Porque si bien no se puede negar que el exceso lo llevo a cometer un error, tampoco se puede magnificar en un sentido que realmente no tiene, es decir en relación a que su estado lo hubiera llevado como se menciona en esa columna, a tener un enfrentamiento a golpes con un secretario de estado.
Lo que es un hecho es que, esa información provino de algún asistente a la comida y que independientemente de cómo llego a García Soto, no se cumple el código de confidencialidad y complicidad que debe regir la relación entre miembros de ese nivel y ese es por si solo, el elemento mas interesante del análisis.
Porque para nadie es un secreto que desde que Alejandro Moreno Cárdenas era precandidato del Revolucionario Institucional a la gubernatura de su estado, tuvo que enfrentar grandes oposiciones.
Esto porque no fueron pocos los que en esa ocasión objetaban su postulación, como Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones por ejemplo, quienes no solo estaban a favor del senador Raúl Pozos, ambos habían tenido disputas previas de carácter personal con “Alito” Moreno.
Finalmente y gracias a la intervención del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, el Presidente Peña Nieto opto por Moreno Cárdenas, quien hay que decirlo a pesar de las presiones en su contra siempre fue su primera opción.
Sin embargo es evidente que todavía prevalecen algunas animadversiones hacia Alejandro Moreno y que incluso se hayan generado otras nuevas, por lo que se entiende que estas no solo puedan provenir de un solo frente, de momento no identificadas plenamente, mas aun si estas están relacionadas con el proceso para la selección de la próxima candidatura presidencial priista.

Guillermo Vazquez Handall
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