WASHINGTON.
Maria Butina, ciudadana rusa acusada de intentar infiltrarse en organizaciones políticas de Estados Unidos, recibió apoyo financiero de un empresario ruso vinculado a firmas de energía y tecnología en Estados Unidos, según un informe publicado hoy por el diario The Washington Post.
Butina, de 29 años, fue arrestada el fin de semana pasado acusada de intentar influenciar a grupos como la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés).
Tras ser considerada como un “riesgo de fuga extrema” permanece detenida sin derecho a fianza mientras espera juicio.
En abril pasado, la ciudadana rusa le dijo al Comité de Inteligencia del Senado que Konstantin Nikolaev, un empresario ruso, proporcionó fondos para un grupo de derecha que defiende la posesión de armas que ella representaba, según el periódico.
Un portavoz de Nikolaev le dijo a The Washington Post que el empresario efectivamente mantenía contacto con Butina, pero se negó a confirmar si le ofrecía dinero.
Los investigadores dicen que Maria Butina trabajó durante años como agente encubierto con la intención de “promover los intereses de su país de origen”.
Autoridades judiciales dijeron la semana pasada que Butina comenzó una relación romántica con una persona estadunidense que solía tener acceso a “una extensa red” de otros estadunidenses influyentes.
Según los fiscales, Butina, estudiante de posgrado, estaba trabajando en Estados Unidos bajo la dirección de un funcionario del gobierno ruso no identificado, que buscaba establecer líneas de comunicación de “canal trasero” y que la mujer estuvo en contacto con agentes rusos durante su estadía en este país.