Reflexiones en voz alta, por: Carlos Capetillo Campos.
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No hay duda de que las mejores noticias para los yucatecos en estos días, fue ver en números lo que todos hemos venido apreciando en los últimos años y que al cumplir 5 años del gobierno que encabeza el licenciado Rolando Zapata Bello, el Estado ha remontado rezagos y se sitúa hoy en los primeros lugares nacionales en las actividades económicas, sociales, de seguridad pública y lo más importante, la percepción ciudadana que confía en su Gobernador y aprueba su gestión.
Lamentablemente para el país, no son muchos los gobernadores que tienen este nivel de aprobación.
Cuando se califica la gestión de los gobernadores que tuvieron la extraordinaria oportunidad de coordinar los esfuerzos de sus conciudadanos y dirigirlos a mejores destinos, vemos que son fugitivos de la justicia o son candidatos a ello y esto es para todos los partidos políticos.
Entonces Rolando Zapata Bello es la excepción, y por su juventud seguramente se aprovechará su experiencia para beneficio nacional.
Todos los días trabaja con dinamismo, eficiencia, responsabilidad, con una difusión moderada de los hechos de gobierno, lo necesario para que la sociedad sepa que nueva acción se hace en su beneficio, pero sin un afán protagónico y esto hace que sea aprobado en todos los sectores de la sociedad.
Por eso digo que es hora de un reconocimiento social al Gobernador del Estado.
Pero los diferentes grupos sociales de todos los municipios, están encantados de la vida con la actividad de los aspirantes a Gobernador, ya que antes les llevaban mensajes ideológicos y los detalles de los logros de los gobiernos de sus partidos.
Hoy les llevan toda clase de bienes y beneficios tangibles y desde luego esto es importante.
Los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales están llenos de fotos y expresiones de los aspirantes en sus constantes eventos con la sociedad.
Desde luego también los medios están encantados de la vida, les va muy bien con estas precampañas.
Pero también las circunstancias nacionales valen la pena hacer un análisis serio, desprovisto de las pasiones partidistas, y de afectos o desafectos, de simpatías o antipatías personales, para ver qué pasa en el país, ya que según los registros tanto oficiales como independientes, nacionales como internacionales y la conclusión es que el país si bien tiene problemas y una percepción popular de que la seguridad está peor, pero la economía y varios indicadores de la economía y desarrollo no están lo mal que los opositores dicen, critican y cuentan, pero que son incapaces de reconocer nada bueno de los demás, especialmente de los que gobiernan.
Y esos de la oposición que hoy hablan de la corrupción, tal parece que escupen hacia arriba.
Pero en los desafortunados eventos de septiembre, que el país sufrió en varios estados y cuyo drama para los afectados todavía no se muestra en toda su magnitud, se debe reconocer la actitud del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, que todos los días ha estado presente en las zonas de desastre, coordinando a su gabinete para que se logren los mayores recursos para que a los afectados le lleguen los mayores apoyos posibles y dando aliento personal para que el ánimo no decaiga.
Esto es un desastre de dimensión mayor, aunque la sociedad y el gobierno están más organizados y tienen muchos más recursos que en 1985, para atender cualquier evento de esta naturaleza, los problemas de vivienda, servicios públicos y domésticos, empleo, abasto, inflación, apenas empiezan, por eso debe estar al frente de las soluciones personas con experiencia, que sepan no solo el que hacer sino el cómo hacerlo y sobre todo que su actuación no genere sospechas de malos manejos de los recursos tanto públicos como privados que se canalicen a los afectados.
También es hora de que las áreas de comunicación social de la Presidencia y de todas las áreas del gobierno federal sean depuradas, ya que no han sabido explicar adecuadamente a la sociedad los logros del gobierno.
Y que los principales funcionarios defiendan no solo a su jefe sino su propio trabajo. Salgan a explicar a los mexicanos los logros, los tropiezos, las expectativas. El gobierno no solo es el Presidente, aunque él sea el responsable.
Te saludo cordialmente.
