Por Gerardo Correa Ceballos
Nuestro país al igual que otros países de Latinoamérica y del mundo, se ha caracterizado por un elevado índice de evasión fiscal. Cada gobernante que asume el poder, promete una y otra vez combatirla, creando programas de vigilancia, y regímenes fiscales de monitoreo; tales como el “Régimen de pequeños contribuyentes” o el actual “Régimen de Incorporación fiscal” que busca atraer a aquellas empresas informales, y canalizarlas al mundo formal. Es un hecho de que hasta el momento los resultados no son los esperados y a pesar de que se ha incrementado el padrón de contribuyentes e incluso la recaudación de los impuestos, los resultados no son los mejores.
Si bien es cierto, que el actual presidente Peña Nieto heredó un modelo de control digital y estadístico de primer mundo, no le ha servido de mucho para abatir los índices de evasión fiscal en México, a pesar de implementar su modelo critico de cruces de información y la implementación de la factura electrónica, con su versión actualizada del 3.3.
Es muy claro que el SAT ha evolucionado, a tal grado de contar con personal altamente calificado que cuenta con procesos modernos digitalizados para supervisar cada uno de los sectores empresariales, por lo que es un sistema de fiscalización de primer mundo para supervisar a un país, todavía en vía de desarrollo.
A estas alturas muchos mexicanos nos cuestionamos lo siguiente: ¿por qué es imparable el fenómeno de la evasión fiscal en México?, y la respuesta a esta interrogante deja un gran vacío, ya que es muy amplia y difícil de responder, porque abarca muchos conceptos de los que no, cualquiera conoce.
Para poder entender este fenómeno de la evasión fiscal en nuestro país, primero debemos entender el fenómeno de la desigualdad social que prevalece en nuestros estados municipios, ciudades y poblados, ya que la desigualdad como fenómeno global, ocasiona que la evasión fiscal no disminuya, ya que al existir desigualdad económica por extrema pobreza, desigualdad en educación, en salud e inseguridad; por citar algunos ejemplos, los ciudadanos afectados no promoverán la contribución fiscal. El fenómeno de la desigualdad social va íntimamente relacionado al fenómeno de la evasión de impuestos, ya que los ciudadanos si no reciben las retribuciones económicas de manera efectiva, o en su caso, sufren de un mal servicio de atención médica o muy mala enseñanza, y no son atendidas de manera efectiva sus necesidades básicas, se sienten inconformes y por inercia prefieren a toda costa evitar contribuir con el erario público o simplemente lo ignoran o lo desconocen.
Si a lo anterior le sumamos la corrupción que existe en nuestro país, no sólo del gobierno, sino también la complicidad entre particulares y funcionarios públicos se va complicando la solución a este fenómeno. El estudio reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), publicado sobre la integridad de México, en donde se analiza la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción, promulgada por el actual presidente de México, analiza a detalle este fenómeno. Lo anterior aunado al fenómeno del desempleo generalizado que existe en nuestros días, así como las deficiencias en hacer cumplir la Ley, la ausencia de rendición de cuentas claras del gobierno, entre otros aspectos, hacen que el fenómeno de la evasión fiscal en México, no pare y muchos menos disminuya, sino que crece como una bola de nieve enorme y difícil de solucionar a corto plazo.
Para iniciar con un cambio el gobierno en todos los niveles debe aportar con el ejemplo, disminuyendo gasto publico innecesario; y no presentando presupuesto de egresos con un aumento mayor al del año pasado, construir un plan de austeridad, y poner a disposición publica la rendición de cuentas del manejo de los ingresos y egresos de su administración, sin ocultar partidas presupuestales, y que sean supervisadas por un comité cívico conformado de profesionales capacitados.
El gobierno debe implementar verdaderos programas de apoyo social y capacitar en las áreas del sector primario, tanto agrícola como de ganadería y pesca promoviendo profesionalmente la comercialización de sus productos, en nuestro mercado interno como en el externo. Asimismo, debe abandonar la conducta paternalista y convenenciera hacia los grupos de campesinos y ganaderos, ofreciéndoles capacitación profesional real y continua.
Elaborar planes estratégicos de distribución de la riqueza para abatir la desigualdad económica, así como promover y apoyar programas de desarrollo económico en las zonas que presenten extrema pobreza.
Mejorar los servicios públicos básicos ofreciendo mejores atenciones en los servicios de salud, medicamentos, creando consultorios móviles para asistir al ciudadano en todos los rincones del país.
Mejorar la educación conformando un nuevo programa educativo y promoviendo la educación a distancia y en línea, llevando a cada municipio pantallas interactivas que promuevan la enseñanza y la cultura cívica, así como la capacitación técnica profesional y artesanal, haciendo responsables de esas implementaciones a los municipios y poblados para hacerlos participativos y que colaboren en este cambio.
Con las acciones de ahorro en el gasto público se pueden equipar y remunerar mejor a todos los miembros que conforman el departamento de seguridad pública, para que puedan cumplir su función de manera efectiva y no se encuentren en desventaja con el crimen organizado.
Por su parte, a los ciudadanos nos toca colaborar con las autoridades, y aceptar nuestras obligaciones de pagar nuestros impuestos, interesarnos más por la problemática del país, colaborar de manera desinteresada por apoyar a gente que no tiene recursos para superarse, para asistirse, o asesorarse en cualquier área promoviendo grupos de apoyo civil, educar a nuestros hijos indicándoles la importancia de contribuir con nuestra nación para un México mejor!
Estas son algunas simples propuestas para el gobierno, ya que éste, cuenta con todos los elementos materiales, económicos y humanos para implementar el cambio, pues tenemos muchos ejemplos a seguir, tal es el caso de Lula da Silva y lo que inició en Brasil, pues Colombia, Chile, Uruguay y Argentina se han unido a este cambio, ¿porque México no da el paso?, tal parece que a nuestros gobernantes les interesa tener un país de corruptos, mediocres y analfabetas.
Si damos el primer paso nuestros hijos seguirán nuestro ejemplo, y habremos iniciado un cambio de rumbo para un país más digno!