Por Francisco López Vargas
Vaya que ha resultado una ficha el candidato panista a la Presidencia de la República. Quizá por eso no extraña que a su gavilla le esté entregando las candidaturas no sólo a las gubernaturas sino también las principales posiciones electorales de mayoría y de lista plurinominal.
El otro, Andrés Manuel López Obrador ahora modifica el concepto de estado laico y lo manipula a su antojo para pedir una constitución moral que asemeje, según lo dijo, a una biblia que ejemplifique el ejemplo de Dios.
Mientras tanto, el candidato del PRI, José Antonio Meade, no termina de entrar entre los militantes del partido que lo escogió como su postulante. Para más de uno, el aspirante no sólo no los representa sino que lo ven como un oportunista que desea llegar al poder, ese que ellos no quieren dejar.
¿Para qué queremos cambiar a México? Quienes hoy se quejan de los años en que los priistas justificaban cualquier aberración desde el poder, hoy justifican llevar al poder para poder justificar cualquier aberración como sucedía en el pasado. ¿Es idea mía o no hay memoria y menos congruencia?
Es increíble. ¿Se han fijado cuántos priistas son ahora pejezombies? No hay temor de Dios y menos vergüenza, Andrés Manuel dixit.
Le deben todo a los gobiernos priistas en los que trabajaron ellos, sus padres y su familia por generaciones, le deben a quienes confiaron en ellos una explicación de su actitud y de su filosofía porque si no les gusta el candidato, si no les toca hueso o si no los incluyeron es precisamente por esa memoria de teflón o por qué su lealtad sólo estuvo con el partido mientras este le dio trabajo y espacio.
Ahora, si van a cambiar de partido y de mentalidad como de pareja o de ropa interior, pues al menos no se indignen cuando se censure las incongruencias de su nueva filiación política. En serio: ¿no ven que se ven mal? No pueden ser más papistas que el papa cuando acaban de llegar a la iglesia. ¿Podrían ser congruentes?
Y congruencia es lo que le falta a todos. Nadie ve su cola cuando aspira a venderse bien. Nadie habla mal de su camello, ¿cómo lo venden? Pero lo que no cuentan, lo que no esperan es que la sociedad tenga memoria y les reclame su proceder.
Quienes se venden como seres diferentes, como los grandes evangelizadores y purificadores del un país consumido por la corrupción deben acreditar con hechos, no con palabras ni con actos de fe esa decencia que tanto presumen.
Quizá por ello habemos quienes tenemos la obligación de ser muy duros, de ser muy analíticos, de ser muy exhaustivos en cada una de las mentiras de la oposición al PRI.
Quienes vivimos los 80´s y cómo este país trató de ser democrático, cosa que falló en esos doce años de gobiernos panistas, no podemos dejar de pasar las incongruencias de quienes hoy nos dicen que son los mejores para sustituirlos.
Y no es que uno no desee un cambio de gobierno o un gobierno mejor, más honesto, pero lo que no queremos tampoco es entregarle a un iluminado las riendas de un país que está harto del saqueo, harto de las promesas incumplidas, harto de la falta de oportunidades que no dará quien justifica a criminales con tal de que se sumen a su proyecto.
El tema es qué pasará en el país y cómo operarán los estados. No sabemos si la transición será como sucedió la del PAN que terminó por doblar las manos ante unos gobernadores priistas que vaya que presionaban y conducían a sus legisladores en el Congreso y en el Senado para complicarle la vida a un presidente que tampoco tuvo el valor de enfrentarlos y de meterlos a la cárcel cuando se les comprobó el fraude.
En Yucatán, la calidad moral de los candidatos del PAN está siendo cuestionada precisamente por su relación con Ricardo Anaya. Mauricio Vila pareciera un candidato muy a modo de la dirigencia nacional y Renán Barrera incluso fue parte de esa dirigencia que lo usó como su delegado.
¿Entonces? La pavimentación tendría un moche, los parques un diezmo, la obra pública una contribución disfrazada de ofrenda y no es que eso no suceda, sino que los que nos ofrecen que serán honestos no han dado muestras de que lo sean realmente.
Los escándalos municipales es verdad que no se conocen, pero son muy conversados, muy comentados entre quienes dicen que el director de obras públicas del Ayuntamiento es quien se encarga de recibirlos.
Mauricio Vila es un personaje que apenas conocí un par de veces por el programa de Teve que hago en Telesur, donde colaboro desde hace 17 años.
En 2016, cuando coordiné los esfuerzos para publicar con empresarios locales el periódico Punto Medio, recibí amenazas que incluían la cancelación de permisos municipales o retraso en los que estuvieran pendientes de los proyectos de los inversionistas del periódico.
En el caso del matutino, ni siquiera había un compromiso comercial para la publicación de publicidad municipal. Bueno, ni siquiera había anuncios municipales en el periódico y nunca, aquí lo puedo señalar, recibí no sólo respuesta a las llamadas telefónicas primero al jefe de prensa y más tarde al propio alcalde que me envió a un testaferro a hacerme de frente la amenaza por publicar reportajes donde se exhibían los problemas del mercado Lucas de Gálvez, y el conocido como “La Pepita”.
Es importante conocer quiénes son los candidatos de cada partido para poder identificarlos plenamente, pero si el líder del partido, su candidato presidencial, está complicado por una fama insana y el local, candidato al senado, también ha sido acusado de emularlo al extremo que le ha provocado un distanciamiento de su familia, pues esperemos aclaraciones, pero sobre todo ejemplos de conducta.