… en el taller la muchacha les contaba cuentos de muchas clases. Creía que eran fantásticos para los niños! Cuentos clásicos, cuentos de hadas y princesas, cuentos de aventuras… En aquella ocasión eligió una hermosa historia real y se la narró como si fuera un cuento..
“Érase una vez el único rey en el mundo con un reino de arena y luces, le llamaban el Rey David y a su trono jamás le faltaron ni la mística sonrisa ni la elegancia etérea.. Aquella tarde quiso escribir para la historia unos versos de alma y pureza.. Todo siempre con corazón..
Y juntó para su empeño a un caballero de mil batallas al que llamaban Armillita, y entre los dos se armaron padrino y testigo de un príncipe que al toreo le juraba lealtad eterna.. Así fue la alternativa de Alejandro Silveti. Toro Gran Dinastía, ganadería Begoña…Fue un auténtico cuento que se gestó hace treinta años..”
Y el cuento concluye con un deseo de felicidad para siempre. Desear felicidad es el mejor de los deseos!
Dedicado a mi querida dinastía Silveti
A Alejandro y Diego
A mi Luis
A mi amiga Belèn
A mi familia
A la gente que aprecia los cuento
Y a mi México