La madrugada del jueves 18 de diciembre de 2025 se registró un accidente aéreo de gran impacto en Estados Unidos cuando un jet privado se estrelló en el Aeropuerto Regional de Statesville, en el condado de Iredell, Carolina del Norte, provocando la muerte de varias personas, entre ellas un expiloto destacado de la NASCAR y miembros de su familia, en un suceso que ha conmocionado a la comunidad aeronáutica y deportiva internacional. El accidente ocurrió alrededor de las 10:15 de la mañana, cuando el avión de negocios tipo Cessna C550, registrado bajo una empresa vinculada al ex piloto de NASCAR Greg Biffle, intentaba regresar al aeropuerto minutos después de haber despegado y se estrelló en los terrenos de la pista, provocando un incendio de gran magnitud que consumió la aeronave y complicó las labores de rescate y respuesta de emergencia. Autoridades locales y federales confirmaron que no se registraron sobrevivientes entre los ocupantes del jet, que según registros de rastreo de vuelo y reportes preliminares era operado por GB Aviation Leasing LLC, empresa administrada por Biffle, aunque las identidades de todas las víctimas estaban bajo verificación oficial debido a las condiciones de los restos tras el impacto y la posterior conflagración. La Patrulla de Carreteras de Carolina del Norte indicó que el número de ocupantes en la aeronave ascendía a siete personas y que entre los fallecidos se encontraban el propio Greg Biffle, su esposa Cristina y sus dos hijos, junto con amigos o familiares cercanos que viajaban con ellos, de acuerdo con declaraciones emitidas por representantes de las familias afectadas y difundidas por medios nacionales. El gobernador de Carolina del Norte describió la tragedia como desgarradora, resaltando no sólo la importancia de Biffle como figura deportiva, con una carrera que incluyó múltiples victorias en circuitos de NASCAR y una destacada labor humanitaria en apoyo a comunidades tras desastres naturales, sino también el profundo impacto personal de la pérdida para quienes lo conocían y admiraban fuera de las pistas de carrera. Investigadores de la Administración Federal de Aviación (FAA) y de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) se desplazaron al lugar del siniestro para iniciar una investigación formal orientada a determinar las causas del accidente, recabando evidencia entre los restos del avión, las grabaciones de radar y transmisiones de radio, así como las condiciones meteorológicas prevalecientes al momento del hecho, que incluían nubes bajas y lluvia ligera, aunque no se ha establecido si estos factores contribuyeron de forma directa al choque. El Aeropuerto Regional de Statesville, un aeródromo sin torre de control donde los pilotos se comunican mediante una frecuencia común para coordinar sus movimientos, permaneció cerrado temporalmente mientras se retiraban los escombros de la pista y se aseguraba el área para las indagatorias oficiales, con personal especializado de la NTSB previsto para liderar los trabajos de reconstrucción de los últimos momentos de vuelo y emitir un reporte preliminar en los días siguientes. La pérdida de Biffle y los demás ocupantes del avión ha generado reacciones de condolencia en la comunidad del automovilismo, entre colegas pilotos, equipos y aficionados, que han recordado tanto sus logros deportivos como su compromiso con causas sociales, extendiéndose también mensajes de solidaridad a las familias de las otras víctimas cuya identidad completa será confirmada conforme avance la investigación oficial. El accidente se suma a una serie de incidentes aéreos ocurridos en Estados Unidos durante 2025, lo que ha incrementado la atención pública sobre la seguridad de vuelos privados y las prácticas de operación de aviones de negocios en condiciones variables, mientras las autoridades competentes trabajan para esclarecer los factores que llevaron a este fatal desenlace.
Accidente de jet privado en Carolina del Norte deja varias víctimas y moviliza investigación federal


