Desde el momento mismo del proceso de registro de formulas para contender por la Dirigencia Nacional del PRI (Presidente y Secretario (a) General, las descalificaciones y acusaciones no se han hecho esperar entre los contendientes, desde señalamientos de cargadas a favor, intromisión de cúpulas y presiones para adherirse o en su caso renunciar o pedir licencia a cargos partidistas para sumarse a la campaña que se decida; incluso se dio el retiro de una candidatura a una militante y su formula precisamente por no acreditar fehacientemente su militancia con la consecuente imputación por este hecho, a otramilitante que encabeza su respectiva formula; todas estas acciones en su conjunto van obstaculizando y nublando lo que debiera ser una fiesta partidista para demostrar a la sociedad que estamos vivos, que queremos resurgir cual Ave Fénix de las cenizas para volar alto y ser opción viable para gobernar y encabezar los esfuerzos y demandas de la ciudadanía.
Aunado a esto, la exposición de quienes en su momento han sido y han tenido grandes liderazgos en el PRI, el proceso interno haservido para satanizarlos y pintarlos como lo peor, como la escoria del propio partido, Cuándo, ¿quién por su participación partidista en alguna ocasión no se habrá relacionado o vinculado con ellos por tareas propias de nuestro instituto político? Mostrarlos como demonios y rechazar nexos ocasionales de partido en nada nos beneficia y sí por el contrario nos pone como cuna y semillero de delincuentes, cuando hay miles, millones de priistas, líderes naturales, seccionales, jefes de manzana, de acera, representantes de casilla, etc. Que lo único que hacen es ponerse la camiseta y demostrar su profundo amor, lealtad y compromiso a nuestras siglas, al PRI de la calle, al PRI de los hechos, al PRI de las causas, al PRI de los resultados, al PRI que llega hasta el último rincón de México y que es capaz de hacer suya la causa de la gente más necesitada, al PRI que necesita en estos momentos volverse una oposición seria, madura y responsable para oponerse con inteligencia pero con firmeza y seguridad a las decisiones de un naciente autócrata que radica momentáneamente en Palacio Nacional.
Por todo esto el PRI debe y tiene que superar esta etapa interna, aún con las heridas que tardaran con seguridad en sanar y serán de difícil cicatrización; nuestros candidatos y sus respectivos equipos de cercanos y colaboradores tienen un mes para atemperarse,es imperativo que lo hagan, deben entender que no es una contienda personal entre quien es el más puro y el menos o más priísta; es una contienda por la supervivencia del PRI, por conservar su registro en algunas entidades donde hemos sido nulificados y estamos a punto de perderlo, es una contienda para establecer, después de concluido el proceso, una nueva relación de trabajo entre la dirigencia nacional y sus Senadores, sus Diputados Federales, sus Congresos Locales, sus Presidentes Municipales, sus Gobernadores y sus Sectores y Organizaciones, para ser ese contrapeso que México y los mexicanos necesitan, sí, para saber oponerse a lo que dañe a nuestro País, pero sí también para todo aquello que lo beneficie, nos urge pasar de las palabras y discursos a los hechos y acciones; compañeros candidatos, dejemos de escupir hacia arriba, que no hay nadie que no corra el riesgo de ser salpicado con esa saliva. ¡Es cuánto!
