Cary-Hiroyuki Tagawa, el actor japonés-estadounidense conocido por sus papeles en títulos icónicos como Mortal Kombat y la serie de televisión The Man in the High Castle, ha fallecido a los 75 años. La noticia fue confirmada por su representante, Margie Weiner, quien detalló que Tagawa murió en Santa Bárbara, rodeado de su familia, debido a complicaciones derivadas de un derrame cerebral. La pérdida de Tagawa deja un vacío en el mundo del cine y la televisión, como expresó su manager: “Cary era un ser excepcional: generoso, considerado y tenía un compromiso inquebrantable con su oficio” (Weiner, 2025).
Tagawa nació en Tokio, Japón, y creció en el sur de Estados Unidos. Su carrera despegó en 1987 con su participación en El último emperador, una película dirigida por Bernardo Bertolucci que se llevó el Oscar. Desde entonces, el actor se convirtió en una figura reconocida por sus interpretaciones en películas como Pearl Harbor, El planeta de los simios y Licencia para matar. A lo largo de los años, su presencia en pantalla, especialmente en roles que demandaban una carga emocional intensa, lo hizo sobresalir en la industria.
El legado de Tagawa no solo está marcado por su carrera cinematográfica. En una entrevista de 2005, Tagawa comentó sobre las oportunidades para los actores asiáticos en Hollywood, señalando: “La buena noticia para los actores asiáticos y Hollywood es que está mejor que nunca, pero la mala noticia es que no ha cambiado tanto” (Tagawa, 2005). Este comentario reflejaba la lucha constante por encontrar papeles significativos para los actores de origen asiático, una problemática que Tagawa experimentó en carne propia.
Aunque se dedicó brevemente a las artes marciales, Tagawa abandonó la competencia para desarrollar su propio sistema de entrenamiento, al que llamó Ninjah Sportz. Este enfoque integraba las artes marciales como herramienta de sanación y entrenamiento físico. A lo largo de su carrera, trabajó con atletas profesionales, como el campeón de boxeo Brian Viloria, y asesoró a miembros del equipo de fútbol americano de la Universidad de Hawai.
A pesar de su éxito, la vida personal de Tagawa no estuvo exenta de controversias. En 2008, se declaró culpable de acoso a su novia en un tribunal de Honolulu. Su abogado indicó en ese momento que Tagawa asumió toda la responsabilidad de sus actos y no puso excusas por su comportamiento.
El actor también destacó en su interpretación del Barón en Memorias de una geisha (2005), una película basada en la exitosa novela de Arthur Golden. Aunque algunos críticos consideraron que la película carecía de autenticidad, Tagawa defendió su papel, señalando que no se podía esperar que una obra dirigida por estadounidenses reflejara fielmente la cultura japonesa. “A menos que los japoneses hicieran la película, todo es interpretación”, dijo en 2006 (Tagawa, 2006).
Cary-Hiroyuki Tagawa deja un legado de respeto y admiración tanto en la industria del cine como en la cultura popular, siendo recordado por su habilidad para dar vida a personajes complejos y por su contribución al desarrollo de nuevas formas de entrenamiento físico y mental. Su partida deja una huella indeleble en la memoria de quienes lo conocieron y lo vieron en pantalla.


