El Teatro Francisco de Paula Toro en Campeche se vistió de gala para honrar la memoria del reconocido contratenor campechano Francisco Pérez Pacheco con una “Gala de ópera”. En esta ocasión, el talento del joven tenor Adrián Guízar, oriundo de Guadalajara y radicado en Mazatlán, brilló como invitado especial junto a otros destacados contratenores como Fabián Arroyo, Rubén Berroeta y Gamaliel Reynoso.
El evento, organizado por el Instituto de Cultura y Artes del Estado de Campeche, reunió a músicos de gran calibre para recordar el legado de Pérez Pacheco, quien se destacó en los escenarios tanto nacionales como internacionales. Francisco Pérez Pacheco, quien falleció en 2007, dejó un impacto significativo en la música clásica y el canto de cámara, habiendo participado en festivales importantes y compartido escenario con figuras como Fernando de la Mora.
Adrián Guízar, con tan solo 24 años, continúa consolidando su carrera en la música clásica, habiendo participado en numerosos proyectos culturales tanto en México como en Guatemala. Su trayectoria incluye presentaciones en reconocidos teatros como el Teatro Degollado y el Teatro Municipal de Quetzaltenango. Durante la gala en Campeche, Guízar mostró su habilidad interpretativa en conjunto con sus compañeros, destacando en un repertorio clásico que incluyó piezas barrocas de compositores como Händel, Vivaldi y Purcell.
El homenaje póstumo a Francisco Pérez Pacheco fue una celebración de su vida y su carrera, que lo llevó a presentarse en importantes escenarios en Europa y México. Pacheco, nacido en 1970 en Campeche, fue un artista que dejó una huella profunda en la música clásica, habiendo estudiado en la Escuela Superior de Música del INBAL y alternando con grandes figuras en eventos de alto nivel, como el Sexto Festival del Centro Histórico de la Ciudad de Campeche.
Este evento, que tuvo una duración de una hora y media, no solo celebró la vida de Pacheco, sino que también resaltó el talento de jóvenes intérpretes que continúan llevando la ópera a nuevas audiencias, mostrando que la música clásica sigue viva y vibrante en México.
Los asistentes disfrutaron de una velada inolvidable, en la que la música y el legado de un gran artista fueron los protagonistas.