Algunas operaciones de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) en Carolina del Norte fueron temporalmente suspendidas después de que tropas de la Guardia Nacional informaran sobre la presencia de una milicia armada que amenazaba a los trabajadores federales. Este incidente ocurrió mientras el personal de FEMA prestaba asistencia a los sobrevivientes del huracán Helene, que ha causado daños devastadores en la región.
El sábado, miembros de la Guardia Nacional vieron dos vehículos de una milicia armada en el condado de Rutherford, al suroeste de Asheville, donde los socorristas trabajaban en la limpieza de carreteras y la distribución de suministros esenciales. Según fuentes federales, la milicia amenazó directamente a los equipos de FEMA, lo que obligó a evacuar temporalmente a los trabajadores de la zona. Un oficial del Servicio Forestal informó que las operaciones se detuvieron en ese momento, aunque posteriormente se reanudaron en condiciones de mayor seguridad.
El huracán Helene, que afectó gravemente a Carolina del Norte, ha dejado una estela de destrucción, especialmente en áreas rurales. Esta situación ha sido exacerbada por la desinformación en redes sociales, donde han circulado rumores falsos que acusan al gobierno de tomar medidas drásticas contra las comunidades afectadas, provocando una mayor tensión en la zona. Las autoridades locales han instado a la calma y a evitar la propagación de rumores infundados.
Hasta el momento, la situación ha sido controlada y las operaciones de FEMA continúan en áreas consideradas seguras. Sin embargo, las amenazas han evidenciado los desafíos de seguridad que enfrentan las autoridades mientras intentan coordinar la recuperación en medio de una creciente hostilidad en algunas comunidades.
