Por: Eduardo Ruíz-Healy
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la
Organización de las Naciones Unidas (Cepal) difundió ayer su reporte “Balance
Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2023”. Es un
documento extenso de 188 páginas y solo su Resumen Ejecutivo ocupa nueve
páginas.
En dicho Resumen, la Cepal advierte que en un panorama
económico global complejo, América Latina y el Caribe enfrentan una encrucijada
económica crucial. Señala que la desaceleración es palpable y que en 2023
América Latina y el Caribe experimentarán un crecimiento económico moderado,
con un aumento del PIB estimado en 2.2%. Se observará una desaceleración en
comparación con 2022, con América del Sur creciendo un 1.5%, Centroamérica y
México un 3.5%, y el Caribe (excluyendo a Guyana) un 3.4%. Para 2024 las tasas
de crecimiento serán menores que este año, con un promedio de 1.9% para toda la
región, de 1.4% para América del Sur, 2.7% para México y Centroamérica y 2.6%
para el Caribe (sin Guyana).
La Cepal añade que a pesar de la reducción global de la
inflación, los bancos centrales siguen apostando por políticas monetarias
restrictivas, con tasas de inflación que, aunque disminuyen, siguen siendo
altas.
En nuestra región, las emisiones de deuda, aunque han
aumentado recientemente, todavía rondan mínimos históricos. La cuenta corriente
mejora, pero la realidad es que el espacio para maniobras fiscales y monetarias
sigue siendo limitado, restringido por la deuda y los altos costos de
financiamiento.
En vista de que todas las subregiones de América Latina y el
Caribe mostrarán un crecimiento aún menor que el de es urgente que los
gobiernos implementen políticas que mejoren la recaudación y la eficiencia del
gasto público.
En el mercado laboral, la región se enfrenta a una
desaceleración en la creación de empleo y persistentes desigualdades de género.
Estos desafíos obligan a repensar las estrategias económicas de los países,
buscando un equilibrio entre la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo.
En su capítulo dedicado a México, titulado “La
desaceleración en México y Centroamérica es inferior a la que se observa en
América del Sur”, la Cepal hace notar que está ocurriendo un fenómeno económico
dividido en América Latina: mientras que en México y Centroamérica el crecimiento
se mantiene en un respetable 3.5%, en América del Sur la situación es más
sombría, particularmente si dejamos a Brasil fuera de la ecuación. En ese caso,
pronostica una contracción en los trimestres segundo y tercero de 2023.
Este contraste es un reflejo de la resiliencia de México y
Centroamérica, en comparación con el estancamiento de la industria
manufacturera en América del Sur.
El reporte se elaboró antes del 10 de diciembre, día en que
Javier Milei asumió la presidencia de Argentina y ordenara diversas medidas que
frenarán el crecimiento de la economía de su país e idealmente, reducirán la
tasa inflacionaria que hoy es del 140%.
Por ello, el crecimiento de Sudamérica en 2023 y 204 será
menor a lo pronosticado por la Cepal.
Los últimos tres años no han sido nada fáciles y 2024
tampoco lo será, según la Cepal. Concuerdo totalmente con su pronóstico.
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