El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) lanzó una respuesta contundente a las críticas del expresidente Ernesto Zedillo en relación con la reforma judicial propuesta por su gobierno. Durante su conferencia matutina del 17 de septiembre, López Obrador calificó como “ridículo” el análisis de Zedillo, quien cuestionó los posibles efectos de la reforma, advirtiendo que podría debilitar al sistema judicial mexicano. AMLO aprovechó la ocasión para señalar que Zedillo, a quien ha criticado en repetidas ocasiones por sus políticas neoliberales y su papel en la privatización de sectores clave del país, no está en posición de hablar sobre temas que involucran el bienestar del país.
Zedillo, quien gobernó México de 1994 a 2000, argumentó que la reforma judicial de AMLO podría afectar negativamente la independencia de la judicatura y cuestionó la solidez de los cambios propuestos. No obstante, López Obrador rebatió dichas críticas, argumentando que quienes promovieron el “saqueo” de los recursos nacionales y participaron en la privatización de sectores estratégicos no deberían opinar sobre las acciones que se están tomando para corregir los excesos cometidos durante las administraciones anteriores. “Es el mundo al revés: los que desmantelaron al Estado ahora quieren dar lecciones de moral y ética. Hacen el ridículo”, señaló.
El choque entre ambos exmandatarios refleja una diferencia ideológica profunda. Mientras Zedillo es asociado con el modelo neoliberal, que implicó la privatización de empresas estatales y la apertura del mercado, AMLO ha basado su proyecto en la llamada Cuarta Transformación, enfocada en recuperar sectores que fueron privatizados y en redistribuir los beneficios del Estado hacia los más desfavorecidos.
En cuanto a la reforma judicial, AMLO ha insistido en que su objetivo es fortalecer el sistema judicial para garantizar mayor equidad, eficiencia y justicia para el pueblo mexicano. La reforma busca también poner freno a la corrupción dentro del Poder Judicial, un tema recurrente en su agenda política. Sin embargo, las críticas desde sectores opositores y figuras como Zedillo se centran en la preocupación de que los cambios propuestos puedan comprometer la independencia judicial, un pilar clave en cualquier democracia.
El debate sobre la reforma judicial está tomando mayor relevancia en México, ya que implicará ajustes importantes en la estructura del sistema judicial, incluidas la elección de jueces y magistrados, la forma en que se imparte justicia, y el combate a la impunidad y la corrupción dentro de este poder. El choque de visiones entre AMLO y Zedillo subraya no solo las diferencias de enfoque sobre el sistema judicial, sino también el choque ideológico sobre el papel del Estado en la economía y la política del país.
En su intervención, AMLO también hizo referencia al historial de Zedillo con respecto al manejo de la deuda pública y la implementación del Fobaproa, un programa que convirtió las deudas privadas en deuda pública para rescatar a los bancos durante la crisis económica de finales de los 90, lo que López Obrador ha utilizado como ejemplo de políticas que beneficiaron a las élites a expensas de la población.
Este enfrentamiento entre AMLO y Zedillo es solo uno de los muchos que ha habido entre el actual presidente y sus predecesores, pero subraya el grado de polarización en torno a los grandes proyectos de reforma que promueve el gobierno actual. La reforma judicial, en particular, se ha convertido en un campo de batalla clave en la lucha de AMLO por transformar las instituciones del país y consolidar su legado político.
Con el debate sobre la reforma judicial aún en desarrollo, es probable que este tipo de confrontaciones entre AMLO y figuras prominentes del pasado político de México continúen intensificándose a medida que el país se encamina hacia nuevos desafíos políticos y económicos.
