En la pantalla, por: David Moreno.
E-mail: david.malborn@gmail.com
En los últimos años el llamado eje Roma – Condesa ha adquirido una singular importancia en la Ciudad de México. Se trata de una zona tradicional que ha sido redescubierta por jóvenes de Clase Media Alta para rehabilitarla, cambiarla y resignificarla. Alrededor de sus habitantes se ha desarrollado una comunidad con características muy particulares en la que conviven músicos, artistas, emprendedores y personas dedicadas a negocios de carácter lúdico y recreativo como restaurantes o galerías de arte.
Ignoro si Amsterdam de Gustavo Taretto, pretendía ser un micro estudio de las personas que hoy viven en las colonias Roma y/o Condesa, pero en cada uno de sus capítulos están representados comportamientos, actitudes, profesiones, oficios y actividades de los nuevos habitantes de la zona. Son gente “cool” con trabajos que giran en torno a una concepción particular sobre la vida. La serie cae en ciertos clichés que sin embargo funcionan perfectamente por lo bien escrito de los guiones y porque los personajes nunca se empeñan en ocultar ese lugar común que ocupan dentro del imaginario de la zona, eso es lo que hace a la serie atractiva.
Amsterdam cuenta la historia de Nadia (Naian González Norvid) y Martín (Sebastián Buitrón) una pareja de artistas – ella actriz, él músico – que después de cuatro años atraviesan una crisis en su relación. La rutina, los vicios propios de la pareja y sus respectivas personalidades han generado brechas entre ellos que parecen ser insalvables. Justo en el momento más profundo del trance por el que atraviesan rescatan a un pequeño y adorable perro callejero al que llamarán Amsterdam por la calle en la cual fue encontrado. Amsterdam se convertirá en un puente en la relación cada vez más distante. Será el personaje que de alguna manera unirá las últimas piezas de un rompecabezas emocional que se ha desarmando paulatina y constantemente llevándose consigo no solamente a la pareja sino también a muchos de quienes les rodean.
Martín y Nadia son dos “Milenials” de clase media alta que miran a la vida y al amor desde esas dos perspectivas. Ambas están siempre presentes en todos los aspectos tanto personales como de pareja y en la manera como se enfrentan a las situaciones que se les presentan en lo cotidiano y en lo extraordinario. Dos seres hasta cierto punto egoístas – particularmente en lo relativo a sus propias carreras – pero que generan una particular dependencia que por momentos marca y llega a sobreponerse a las metas y aspiraciones personales. Taretto explora todo lo anterior con un sencillo pero profundo estilo narrativo que lleva al espectador a la intimidad, a la cotidianidad de una pareja en decadencia y a los caminos que tomarán para intentar salir lo mejor librados de un posible y definitiva ruptura. Todo inserto en un diseño de producción que resalta las características propias de la manera como se vive en el eje Roma-Condesa: viviendas antiguas adaptadas a la modernidad milenial y la convivencia que en esos edificios o vecindades se da con personas pertenecientes a otras generaciones pero que se han adaptado también a lo que sus nuevos vecinos, amigos o compañeros de trabajo han traído consigo a sus vidas. Relaciones que forman parte de un subtexto que contribuye aún más a entender a una colonia propia de una gran ciudad como lo es la de México (a pesar de que algunas escenas fueron rodadas en Uruguay, quizá porque zonas habitacionales resignificadas como la de la Condesa, se encuentran también en otras capitales latinoamericanas o en todo occidente) y que difícilmente encuentra una réplica en ciudades más pequeñas de otras partes del país.
Amsterdam termina por ser un delicioso relato generacional y social, una mirada a un pequeño grupo de personas que intentan ser representativas de lo que hoy sienten, viven y generan otros tantos en los sitios y urbanidades que han hecho suyas.
Amsterdam está disponible en HBO Max.