Claroscuro, por: Francisco López Vargas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador se la pasó
18 años en campaña mintiéndole a los mexicanos. La farsa empezó al aliarse con
Manuel Bartlett quien era su candidato presidencial y al no llegar éste trató
de que Carlos Salinas de Gortari le entregara la candidatura al gobernador de
Tabasco, pero como el elegido fue Salvador Neme Castillo, se alió a Cuauhtémoc
Cárdenas y a su movimiento originado en 1987 con su salida del PRI y la unión
un año después con personajes de la izquierda mexicana de la que fue candidato.
Es falso que López Obrador haya sido o sea un
demócrata. En su vida pública se le acusó de ser maoísta y sus inclinaciones
radicales lo llevaron a convertirse en un opositor que aprendió a negociar y
sacar ventaja de su situación política usando siempre a otros como garrote.
Así ha transitado. Fingiendo ante sus audiencias según
los intereses, prometiendo, ofreciendo lo que luego no cumplirá, como en Ciudad
del Carmen y la llegada de Pemex.
López Obrador llegó el lunes a Campeche y lo recibió
la que si fue beneficiada por el odiado Carlos Salinas de Gortari, que la metió
de nuevo a la política: Layda Sansores San Román, cuyo padre le pidió le diera
empleo a su hija porque “Laydita no tiene trabajo”.
Layda, la gobernadora a la que eligió una tercera
parte del electorado campechano, salió al paso cuando el presidente de la
República aceptó que no le ha cumplido a Ciudad del Carmen que él ofreció
convertiría en la sede de Pemex, luego de sexenios de agravios y de promesas no
cumplidas.
López Obrador se esforzaba por tratar de convencer de
que cuando termine su gestión Pemex ya despachará en la isla y se esforzaba en
exigirle al director de la paraestatal que explicara los problemas que le han
impedido cumplir la palabra presidencial. Cuatro años no fueron suficientes
para cumplir esa promesa, como tantas otras.
En el caso de El Carmen, ahí tenemos un pendiente,
dijo. Tenemos un compromiso que no hemos cumplido, el que PEMEX se va a
trasladar ahí antes de que finalice el gobierno, destacó.
Sin embargo, Layda se paró de su asiento, y tomó la
palabra y dijo que ya no haya más éxodo petrolero a la isla porque el tráfico
vehicular está saturado. “No, que ya no vengan más”, dijo y asumiéndose como
defensora de Romero Oropeza y pidió que el presidente no cumpla su palabra
porque la isla no tiene capacidad para recibir más gente.
Agregó la gobernadora: Queríamos que vinieran aquí
todas las oficinas, pero mejor que no vengan más porque ya están saturados, y
el alcalde me dijo que mejor ya no más porque hay que hacer cosas “aleatorias”
aquí.
La respuesta presidencial desestimó al principio la
propuesta de Sansores, “aunque si ya están saturados pues ya no. Hay que
buscarle”, aceptó.
No, Octavio si hay forma de traer a Pemex a la isla,
agregó, hay que cumplir con eso. La política de Pemex tiene mucho que ver con
el sureste y si debe seguirse manteniendo en la torre de Pemex pero hay que
estar más en los pozos, las plataformas, recomendó. El petróleo está en Veracruz,
Chiapas, Tabasco y Campeche debe de tomarse en cuenta lo de Campeche porque hay
una gran deuda.
En su presencia, el secretario de Marina dijo que en
Campeche la incidencia delictiva ha ido en aumento. Que los delitos más comunes
se han disparado a cifras jamás vistas en la entidad y habló del aumento de
homicidios, feminicidios, robos a casa habitación, extorsiones. Layda ni chistó
ante los número que dejan a su administración mal parada, como a todas las de
Morena, en temas de seguridad mientras la responsable de la prevención del
delito vacacionan en Europa con sus familias.
Y en cascada Rafael Ojeda, el secretario de Marina,
arrojó los números: Campeche está en el 16º. sitio en el robo en transporte, lo
mismo que en feminicidios, 18º. en robo a casa habitación, 19º. en lesiones
dolosas, extorsión, robo a transportistas 21 o igual que en robo a negocios, y
22 en robo a transeúnte.
La cifra que
heló a todos fue la de homicidios dolosos que suma 301 casos y 96 por cada 100
mil habitantes, sobre todo en tres municipios más violentos: Campeche,
Escárcega y Carmen. La gobernadora no desmintió las cifras a pesar que, según
ella, “Marcela está haciendo un excelente trabajo, se merece sus vacaciones” en
Europa donde está con toda su familia.
En Campeche, como en Colima y Zacatecas, por citar
algunos estados gobernados por Morena, la 4T ha traído un estancamiento
económico, un alza en temas de inseguridad y desempleo a niveles que pretenden
minimizar pero que el Coneval consideró como de pobreza laboral.
Los políticos se miden siempre por resultados, esos
que a la sociedad le dan elementos para desarrollarse y crecer en mejores
condiciones, con más facilidades, con mejores servicios, los gobiernos de
Morena parecieran tener como signo agravar la seguridad, provocar el desempleo
y poco desarrollo económico y generar un malestar entre los ciudadanos que los
eligen a solo un año de tomar posesión.
En Colima, a un año de gestión, Indira Vizcaino
acreditó que es peor que los priistas que detentaron el poder por nueve décadas.
Las mediciones, según publica el semanario Proceso en
su edición de esta semana, la gobernadora de Morena está relegada en los
últimos sitios de popularidad -lugar 27 y bajó al 30 de 32- y sigue
descendiendo a niveles del 36.5 por ciento de aprobación.
Como si fuera el signo de Morena, en Colima se
desbordó la inseguridad, creció la violencia mientras ellas sigue pretendiendo
concentrar el poder pero viajando constantemente para apoyar las diferentes
campañas de Morena. Igual que ocurre en Campeche, Zacatecas, Veracruz,
Michoacán, Guerrero, Sonora, Sinaloa, San Luis Potosí y las Bajas California.
En gobiernos de Morena se concentra más del 66 por cierto de los homicidios del
país y cinco de esos estados son considerados los más peligrosos.
De los 10,838 asesinatos en territorio nacional de
enero a mayo, buena parte de ellos sucedieron en Michoacán, Colima, Zacatecas,
Sonora, Baja California Sur, Morelos y Ciudad de México, además de Guanajuato y
Estado de México gobernados éstos últimos por el PAN y el PRI.
Los aumentos de sueldo del gabinete también ahí son el
nuevo signo de la clase política que presume de una austeridad que están muy
lejos de prácticar. Existen otros indicadores tanto en temas económicos, de
gobernabilidad, desarrollo social, atención médica en que la norma es idéntica:
los gobernadores de Morena han sido un desastre desde su toma de posesión.
Oaxaca e Hidalgo, los más recientes en poder de
Morena, pareciera que no mejorarán y se agudizará la pobreza, marginación, inseguridad
y con ello el deterioro de la calidad de vida de sus habitantes. El signo de la
4T: cero resultados y retroceso.