Las “armas fantasma” representan un desafío creciente en Estados Unidos debido a su facilidad de ensamblaje y la dificultad para rastrearlas. Estas armas, que pueden ser adquiridas en piezas y ensambladas en casa, carecen de números de serie, lo que complica su seguimiento por parte de las autoridades. Además, su venta elude los controles tradicionales, permitiendo que individuos las obtengan sin pasar por verificaciones de antecedentes.
En respuesta a esta problemática, la administración del presidente Joe Biden ha implementado regulaciones para controlar la proliferación de estas armas. Entre las medidas adoptadas se encuentra la clasificación de los componentes utilizados para ensamblarlas como “armas de fuego”, lo que implica que estarán sujetos a las mismas regulaciones que las armas convencionales.
La violencia armada sigue siendo una preocupación en Estados Unidos, con múltiples incidentes reportados en diversos estados. Por ejemplo, se han registrado tiroteos en California, Iowa, Indiana, Georgia, Nueva York y Washington D.C., lo que ha llevado a la administración a buscar formas de reducir el acceso a armas no reguladas.
La implementación de estas regulaciones busca cerrar las brechas legales que permiten la circulación de armas no rastreables, con el objetivo de fortalecer la seguridad pública y reducir la violencia armada en el país.