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“No salí oculto por la puerta de atrás…”

Por Francisco Garfias

Manlio Fabio Beltrones nos envió un mensaje con su vocero, Jesús Anaya, en el que desmiente no sólo haber estado en Los Pinos el día de los cambios en el gabinete, sino que le hayan ofrecido ser titular de Sedesol, como lo escribimos. Le molestó, particularmente, que hayamos dado crédito a la versión de que lo sacaron de incógnito de la Residencia Oficial para que los medios no se dieran cuenta de su presencia allí.
“Hablando de Francisco Garfias. Su fuente es malísima y mal amigo de él, porque le miente. A lo mejor lo de Videgaray es cierto (se retira un tiempo de la vida pública y no se contrata con ninguna empresa privada). No lo sé.
“Pero lo mío no. No fui (a Los Pinos.) No me ofrecieron la Sedesol. Entonces no puse condiciones y no salí oculto por la puerta de atrás. Lamento que insistan en mentir usando el nombre de un buen periodista”.
De inmediato buscamos la fuente que nos pasó la versión. No es menor. Por eso le dimos crédito. Se sostiene en sus dichos. “Te dije que nunca lo iba a aceptar”, reviró.
¿La fuente nos utilizó como dice Manlio? ¿Quiere amarrar navajas y enemistar al sonorense con el Presidente y su grupo? ¿Trae facturas por cobrar?
Un exgobernador del tricolor, conocedor de las entrañas del sistema, se inclina a pensar que la versión de incorporarlo a la Sedesol es la correcta.
“El Presidente sabe que hay escasez de liderazgos. No puede dejar fuera a un personaje de ese tamaño, que es respetado y tiene sus seguidores.
“Renunció al PRI y sin embargo, se mueve. No es que lo quieran, es que lo necesitan. Apuesto una comida a que ese caballo regresa a la manada…”, dijo.
• Manlio y Videgaray se fueron “encabronados” —el término es del citado gobernador—. Es un desajuste mayor que se registra en los momentos en que el PRI vive sus peores momentos. Los dos —cada uno desde su trinchera— eran piezas fundamentales del proyecto tricolor hacia 2018. Representaban dos visiones diferentes. El otrora secretario de Hacienda se puso adelante desde las elecciones del 5 de junio que llevaron a Beltrones a presentar su renuncia. Todo iba a pedir de boca hasta que se presentó lo de la invitación a Donald Trump. Fue su idea.

Un desastre. Videgaray renunció en un acto que el senador José Francisco Yunes, presidente de la Comisión de Hacienda, calificó como “el mayor acto de lealtad que ha recibido el presidente Peña”.
El político mexiquense no trabajaba en su propia candidatura presidencial. Sabía que no le alcanzaba. No sólo es el que cobra impuestos, sino que es responsable de una política económica que, por los motivos que usted quiera, no ha funcionado. En México hay ya 60 millones de pobres. Una prueba de que el modelo no funciona y que las reformas no han dado lo que prometían.
En corto ha comentado el ex de Hacienda que no irá por la gubernatura del Estado de México. Idénticas razones. No tiene los números. Pero está —o estaba— al frente de un proyecto para llevar a uno de los suyos a Los Pinos. Todo mundo habla deJosé Antonio Meade, extitular de Sedesol, hoy secretario de Hacienda.
La llegada de Enrique Ochoa al PRI y de José Antonio González Fernández a Pemex también se le atribuye.

Una buena parte de la base tricolor no está contenta con el proyecto de hacer candidato del PRI a un externo. Meade no es militante. De todos es sabido que un grupo de 64 priistas, encabezados por el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, le enviaron una carta a Ochoa en la que manifiestan su inconformidad.
Y hacen propuestas destinadas a sacar a Meade de la carrera por la candidatura del PRI: Piden establecer la Consulta a la Base como el método para definir la selección de candidatos a cargos de elección popular y de dirigencia.
Pero también reformar estatutos en lo que tiene que ver con los requisitos para ser candidato a gobernador o a la Presidencia de la República:
Deberán ser cuadros del partido que hayan ganado una elección de mayoría relativa. “Sólo el escrutinio de las urnas legitima a un miembro distinguido de cualquier partido”, subrayan.
• El aliancista Carlos Joaquín González llegará a gobernar un estado quebrado.Roberto Borge deja las finanzas de Quintana Roo en ruinas. El déficit es por dos mil 700 millones de pesos, según el panista Francisco López Mena, responsable del equipo de entrega-recepción por parte del gobernador electo.
“Ha habido una incorrecta distribución de los recursos que se han destinado, en mayor medida al gasto corriente, en vez de destinarlo a la inversión”, dijo ayer López Mena.
Abundó: “Un endeudamiento excesivo que además ha cancelado la posibilidad de conseguir recursos adicionales”.
• El proyecto se llama “Ciudadanos Constituyentes”. Lo apadrina el exregente de la Ciudad de México, Óscar Espinosa Villarreal.

Busca promover que los habitantes de la capital de la República contribuyan a la elaboración de la Carta Magna local, a través de las redes sociales. “Tiene que encontrarse la forma de recoger el sentir de los habitantes de la Ciudad de México”, nos dijo.

¿Interesante, no?

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