El gobierno de Estados Unidos ha pedido a Israel que tome una “respuesta proporcional” tras el reciente ataque iraní con misiles balísticos, destacando su rechazo a cualquier acción militar dirigida hacia las instalaciones nucleares de Irán. Esta postura busca evitar una escalada mayor en una región que ya enfrenta una alta tensión geopolítica y que podría llevar a un conflicto a gran escala, según indicó el presidente estadounidense, Joe Biden.
Desde el último ataque, Israel ha debatido internamente su respuesta, mientras los funcionarios estadounidenses subrayan el derecho de Israel a defenderse. No obstante, buscan una reacción que no incluya objetivos nucleares para evitar una desestabilización en la región. Kurt Campbell, vicesecretario de Estado estadounidense, señaló que “la región está realmente en el filo de la navaja y existe una preocupación real por una escalada aún mayor”, subrayando el riesgo de una crisis regional.
El Pentágono, en apoyo a Israel, ha enviado el sistema antimisiles THAAD para fortalecer la defensa aérea ante la amenaza de misiles iraníes. Este despliegue no representa un compromiso estadounidense en acciones ofensivas, sino una medida de contención y defensa en medio de la situación de tensión.
Por otro lado, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha respondido con firmeza, asegurando que “Irán cometió un gran error y pagará por ello”, aunque aún no se ha determinado si la represalia israelí se concretará en ataques adicionales o una ofensiva limitada. Netanyahu se muestra abierto a evaluar el momento y la magnitud de su respuesta, mientras se mantienen activas las consultas diplomáticas con Estados Unidos.
