Entonces, con los papeles blancos y muchos lápices de colores, iban a hacer una historia contada con dibujos. El verano en aquella aldea era fantástico. Las mañanas que bajaban al mar buscaban conchas para hacer pulseras. Los miércoles había un mercadillo y encontraban tesoros lindos. A veces iban a la biblioteca! Cada día era una gran aventura…
Aquel día pintaban. Había un caballero, que era el conquistador de lo importante y el guardián de lo que de verdad es bonito. Le dibujaron en un caballo, cabalgando por un valle. Había un poeta con un cuaderno lleno de versos que contaban leyendas antiguas, un torero que escribía en la brisa muletazos de ensueño, un músico con su guitarra flamenca de sonidos de arte…
Era un dibujo de verdad y de ley. Plasmaba aventuras del corazón, cosas hermosas que uno ve si tiene la paciencia de aguardarlas…
Era 22 de agosto… y también iban a hacer un dibujo de José Tomàs, por haber hechizado Granada dos meses atrás…
Dedicado a lo que de verdad importa
A los guardianes de cada esencia pura
Al toreo. A los toreros.
A José Tomás. A Granada.
Al jefe
A mi querido Luis
A los dibujos y a las historias
Al mes de agosto
A mi querida Grethel
A las personas de verdad que hablan con el corazón
A mi amiga Ana