Se fue el último de los barcos de verano.. ya la tarde de octubre se hacía corta… con el calor y el puente muchas personas habían disfrutado de la belleza salvaje de la isla de Ons… Ya se habían ido todas, quedaron la espuma de mar rompiendo contra las rocas, el farero con su faro y su luz nocturna, los dos matrimonios que habitaban allí todo el año, la paz, la Luna, el sol, y los recuerdos de un estío…
También se quedò un violín…
El niño que lo llevò con él lo añoraría al llegar a su casa, ya no regresarían, debían volver a su ciudad, a la rutina y a sus obligaciones… En el restaurante, ya cerrado por fin de temporada, al lado de un servilletero, quedò olvidado el pequeño violín… Còmo pasaría el invierno en aquel lugar de olas y de leyendas? Quizá con bonitos sueños… y bonitos pensamientos… tal vez soñara con ser un famoso violín…
Una vez en la escuela a la que iba el niño les hablaron de los luthiers, del alma y de la vida, de un ser excepcional llamado Ara Malikian… Enseñaron unas fotos… y escucharon unos temas… aquello sin duda era el duende… el arte era aquello obviamente… la emociòn, la pasiòn, la música… El violín de aquel genio, la anécdota del buen “Ravioli”, la fuerza, el ser, el estar, la serenidad…
Soñaría el violín pequeñito con llegar a…
De repente una puerta se abriò de golpe! Qué miedo! El joven instrumento había escuchado contar muchas cosas sobre la magia de aquella isla… todo tan bonito! Pero qué temor al estar en soledad! Pero todo iba bien!!! Se trataba de unos jòvenes novilleros, habían olvidado sus trastos y habían regresado a buscarlos en la barca del jefe del restaurante. Reconocieron el violín… lo llevarían con su dueño!!!
Y se marchò meciéndose en el mar de Ons el violín… deseando estar con su pequeño amigo.. también él, como los grandes genios, gustaba de contar historias buenas y de ofrecer cada día lo mejor de sí!
Dedicado a Ara Malikian
Dedicado a mi hermana
A Paty
Dedicado a mi querido Luisito
A Lourdes, con ganas de verte
A las personas que tienen cosas que contar y que saben hacerlo
A los genios
A los grandes, que son humildes
A la isla de Ons, mi tesoro, te amo
