La Revista

Bad Education

David Moreno
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En la pantalla, por: David Moreno. 

Frank Tassone es el super intendente de uno de los distritos escolares más
influyentes y exitosos del estado de Nueva York. Sus escuelas, particularmente
la preparatoria Roselyn, son sumamente reconocidas y sus estudiantes son
aceptados regularmente en las mejores universidades de los Estados Unidos. A
Tassone lo quieren todos: alumnos, maestros, padres, sus propios jefes que
consideran que su gestión ha sido exitosa. Siempre tiene un sonrisa y una
palabra de aliento para quienes le buscan en los pasillos de la institución.
Todo parece ir perfectamente para Tassone hasta que se encuentra con Rachel
Bhargava, una reportera del periódico escolar quien busca una declaración sobre
el financiamiento para un proyecto importante. Con cierta condescendencia, el
super intendente le contesta y da por terminada la entrevista. No cuenta con
que la joven no se quedará conforme y comenzará a investigar – con gran olfato
por encontrar una historia – sobre los gastos que representa el proyecto. Se
topará con Pam Gluckin, la mano derecha y mejor amiga de Tassone, quien sin
pudor alguno utiliza el dinero del sistema de escuelas para financiar sus
propios gastos. Lo que sigue es una estupenda historia que retrata el
funcionamiento de todo un sistema de corrupción, uno en el que nada es lo que
parece y en el que los involucrados llevan una vida muy diferente a la que
aparentan como servidores públicos.

Es la historia de Bad Education, la segunda película del joven director Cory
Finley la cual está protagonizada por un estupendo Hugh Jackman, la siempre
espectacular Allison Janney, Ray Romano y Geraldine Viswanathan, entre otros.
Una película que narra la historia del fraude más grande en el sistema de
educación pública de toda la Unión Americana. Un sistema que permite el desarrollo
de todo un mecanismo de fraudes, porque se construye con base en la ceguera que
producen los resultados supuestamente exitosos. Finley ahondará en ello en la
primer acto del filme cuando presenta a Tassone conviviendo con sus
estudiantes, ovacionado en el auditorio de la escuela por los triunfos académicos,
mediando entre los conflictos surgidos entre alumnos y maestros y conviviendo
fuera de las aulas con las madres de muchos de ellos en clubes de lectura. Esos
números positivos le permiten a Tassone y a Pam Gluckin realizar una serie de
operaciones que le generan un estilo de vida muy superior al que deberían tener
dos personas con sus cargos y salarios, pero mientras uno es lo suficientemente
inteligente para mantenerlo lejos del área de la escuela, la otra se dejará
llevar por lo exitosa que hasta ahora ha sido su operación para perder el pudor
y comenzar a exagerar tanto en su estilo como en los cargos personales que hace
a la cuenta de las escuelas. La película se convierte entonces en un micro
cosmos que refleja un problema aún mayor: cuando un político habla de
resultados puede – y lo hace en muchas ocasiones – llenarse la boca con la
palabra mientras por debajo de la alfombra que tejen sus discursos se esconden
actos que poco tienen que ver con el trabajo en pro de la sociedad.  

Lo mejor de Bad Education es que recupera a uno de los mejores instrumentos
que posee la sociedad para destapar actos de corrupción: el periodismo de
investigación. Discreta pero sumamente perpicaz y tenaz, Rachel Bhargava
hurgará en los archivos de la institución, confrontará datos, buscará en los
más mínimos detalles para ir construyendo una historia impecable, una que no
deje lugar a ningún tipo de duda al momento de ser impresa. Convencerá al
director del periódico escolar de publicar el resultado de sus pesquisas y
éste, después de un instante de duda pues Tassone es quien está por firmarle
una carta de recomendación para ser admitido en la universidad, decide que
existe un interés mayor que el personal y decide publicar el extenso reportaje
pues éste presenta información que responde a un interés superior: el de la
comunidad.

Bad Education es un aleccionador e intenso drama sobre la corrupción y sus
consecuencias. Una película que examina a la doble moral que como rémora viaja
con los actos corruptos y con las personas que los practican. Una doble moral
que al final termina no solo dañándolos a ellos sino a todos aquellos que
creyeron en los discursos triunfalistas, en las actitudes supuestamente
solidarias y en las sonrisas de quienes detentan puestos de poder. Y es a su
vez un poderoso llamado a utilizar mejor las herramientas que se tienen para
impedir que tales personas continúen actuando bajo la protección y la
complicidad del sistema que los cobija y los protege bajo los tenebrosos mantos
de la impunidad.

El filme está disponible en HBO Go.

David Moreno
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